En el flamígero escrito que el martes entregó en el juzgado de Claudio Bonadio para defenderse de la acusación de haber cobrado coimas y lavado dinero a través de los alquileres de su inmobiliaria Los Sauces, Cristina Kirchner dejó en claro qué piensa de la diputada Margarita Stolbizer, denunciante en el caso. “Sabía perfectamente cómo se manejaban los sorteos”, disparó contra ella. “A esta altura nadie puede dudar que a las sociedades Hotesur S.A. y Los Sauces S.A., se le debe agregar una mucho más rutilante: la de Stolbizer y Bonadío. Sociedad de objeto inconfesable por ilegal: perseguir a Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos.”
El encono se explica en la creciente amenaza que Stolbizer y su abogada -la especialista en sociedades Silvina Martínez- hicieron pender sobre ella y sus hijos en el expediente. Con cada ampliación de su denuncia o pedido de pruebas, varias de las coartadas o intentos de escape de los acusados se vieron frustrados.
Stolbizer tiene voz en la causa porque fue aceptada como amicus curiae, una “amiga del tribunal” que además de tener acceso a todo el expediente puede aconsejar medidas o advertir peligros.
Justamente esa llave es la que intentó quitarle Lázaro Báez, con una apelación a la Cámara Federal que, con un fallo dividido, la sala I de ese tribunal acaba de rechazar. El rey de la obra pública patagónica había apelado allí para separar a Stolbizer, pero como sus abogados -Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro- no fueron el 6 de diciembre a la audiencia en que debían plantear sus objeciones, los magistrados Leopoldo Bruglia y Jorge Ballestero dieron ese recurso por desistido.
Cristina Kirchner también había tratado de apartar a Stolbizer, plegándose a aquel reclamo de Báez. Su abogado, Carlos Beraldi, sí estuvo firme y puntual el 6 de diciembre para la audiencia, pero los jueces consideraron ahora que no logró demostrar por qué habría que alejar a la diputada del expediente. “La simple mención de que se ha quebrado la igualdad de armas al admitir ‘…la actividad inquisidora de una legisladora nacional en el rol de amicus curiae’’ o que la actividad de la ‘diputada Stolbizer importa una absoluta bastardización del rol conferido, el cual… sólo es utilizado con fines políticos…’, lejos está de importar una adecuada argumentación jurídica dirigida a persuadir a esta Alzada”, escribieron los magistrados.
Un último dato curioso fue la disidencia del tercer juez de la sala, Eduardo Freiler, quien mantuvo su habitual sintonía con los intereses del kirchnerismo. Para el magistrado -cuyo futuro en el tribunal sería breve según el avance del juicio político en su contra en el Consejo de la Magistratura-, Stolbizer “no expuso cuál es el ‘aporte de trascendencia’ que pretende efectuar, cuál es la opinión técnica con la que se propone ‘enriquecer el debate de la cuestión’ ni en qué se basa su ‘competencia en la materia’.
Freiler despliega sus argumentos para advertir que “el instituto del amicus curiae no debe ser entendido como un ‘rol’ o ‘calidad’ que se encuentra a medio camino entre el denunciante y el querellante, que tiene mayores prerrogativas que el primero, pero menos que el segundo”, sin mencionar que el expediente Los Sauces avanzó a una velocidad poco frecuente gracias al empuje que la diputada del GEN imprimió a las decisiones del juez Bonadio.
Fuente: Clarín