Son los magistrados electorales de Buenos Aires y Santa Cruz, dos distritos en los que podría competir la ex Presidente. El macrismo y sus aliados tienen los votos para las designaciones, a las que el kirchnerismo se opone.
El gobierno nacional y sus aliados en el Consejo de la Magistratura de la Nación quedaron a un paso de nombrar a los jueces que estarán a cargo de las elecciones legislativas de octubre en dos provincias claves: Buenos Aires y Santa Cruz. Son los distritos en los que la ex presidente Cristina Kirchner está habilitada para competir y el primero es el de mayor caudal de votos del país.
La Comisión de Selección del Consejo aprobó el jueves la designación de Juan Manuel Culotta como juez electoral bonaerense y del binomio Javier Leal de Ibarra y Aldo Suárez para Santa Cruz.
La aprobación definitiva la tiene que dar el plenario del Consejo –órgano encargado de la selección y acusación de jueces– que se reunirá el próximo 30 de marzo. El bloque oficial del macrismo y sus aliados –jueces y abogados– tienen los votos para hacerlo, a pesar de la resistencia de los representantes del kirchernismo. Si nada cambia para entonces, el oficialismo impondrá su mayoría para las designaciones.
Los jueces electorales son los encargados de la organización y desarrollo de la elección en cada provincia. Hay uno por cada distrito y también son los que aceptan o rechazan alianzas electorales y si los candidatos cumplen los requisitos para presentarse. Definen cada planteo de los partidos políticos. Este año tendrán las Primarias, Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto y las generales del 22 de octubre. Sus nombres no pasan desapercibidos para el poder.
Este año, Buenos Aires y Santa Cruz son distritos de mucha importancia política porque la ex presidente Cristina Kirchner está habilitada para presentarse en cualquiera de ellos. Nació en La Plata y tiene domicilio en Santa Cruz.
La ex Presidente todavía no expresó públicamente si será candidata pero lo que haga tendrá efecto en todo el mapa político del país, tanto del gobierno como del peronismo y el resto de la oposición.
La designación de Culotta tiene una historia que viene desde el año pasado y que sufrió tropiezos que obligó al macrismo a revisar su estrategia.
Culotta es juez federal de Tres de Febrero y su nombre llegó a los escritorios del ministro de Justicia, Germán Garavano, y del secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Pablo Clusellas.
Los funcionarios analizaron sus antecedentes y pidieron referencias. “Las mejores”, recibieron en distintas consultas. Por eso invitaron en los últimos meses del año pasado a Culotta a reuniones en el Ministerio de Justicia y la Casa Rosada. En esos encuentros le propusieron el cargo de juez federal de La Plata con la competencia electoral y le garantizaron que tenían los votos para su nombramiento.
Culotta comparte algo con Clusellas y el presidente Mauricio Macri: todos son egresados del colegio “Cardenal Newman”. El juez es unos años más chico que los funcionarios.
El magistrado no tiene relación con Macri, a quien vio dos veces. La primera fue en una reunión en la Asociación de Magistrados cuando Macri era jefe de Gobierno. Y la segunda, el año pasado en una cena del Cardenal Newman. Sí conoce a Clusellas y es amigo de Gabriel Oliverio, funcionario del Ministerio de Seguridad de la Nación, un hombre que recorre despachos en los tribunales federales de Comodoro Py, donde tramitan las causas contra de corrupción.
Con el aval del gobierno, Culotta presentó el 14 de diciembre del año pasado una nota en el Consejo en la que pedía su traslado definitivo al juzgado federal 1 de La Plata, que tiene la competencia electoral de la provincia de Buenos Aires.
Explicó que buscaba “un crecimiento profesional” porque se trata de un juzgado con mayor territorio, con causas más complejas –como de lesa humanidad– y la competencia electoral. Se suma también un mayor sueldo.
El macrismo aprobó a fin de año el traslado de Culotta. Su nombramiento definitivo quedaba para este año. Pero hubo ruido interno.
El juez Luis María Cabral se abstuvo de votar el traslado definitivo del juez, lo que provocaba una fricción dentro del bloque. A eso se sumaba que el nombramiento de Culotta podía ser objetado judicialmente con riesgo de perder el juicio y así la designación.
Por eso, Juan Mahiques, representante del gobierno en el Consejo, propuso que Culotta sea designado como subrogante. Se garantizaba el nombramiento –el objetivo principal– pero de una manera menos conflictiva. El ministro Garavano estuvo de acuerdo.
La subrogancia no es lo que más convence a Culotta que quería su pase definitivo. La subrogancia es hasta el 30 de noviembre próximo y solo en material electoral, no la parte penal. Pero aceptó.
La suborgancia es el sistema más débil para los jueces. Es una suplencia que no da estabilidad en el cargo y así como un juez fue designado subrogante por una decisión, puede dejar de serlo con otra. Las presiones son más fáciles de ejercer y de aceptar.
El nombramiento de Culotta se trató este jueves en la Comisión de Selección. Lo introdujo su presidente, el juez Leónidas Moldes. La también magistrada Gabriela Vázquez, aliada del Frente para la Victoria, dijo que por ley si el juzgado federal 1 no tiene titular lo debe reemplazar el del juzgado 3, que es Ernesto Kreplak y que actualmente tiene la materia penal de ese tribunal.
Pero el macrismo se opone a Kreplak como juez electoral: fue funcionario del Ministerio de Justicia en el último gobierno de Cristina Kirchner.
Vázquez también propuso que se le pida opinión a la Cámara Federal de La Plata para saber si algún juez de la jurisdicción o del propio tribunal puede subrogar el juzgado. “La Cámara no tiene competencia electoral”, le contestó Mahiques.
El diputado Rodolfo Tailhade –que encabeza el bloque K en el Consejo– dijo que el nombramiento de Culotta es “ilegal”. “No cumple que sea de la misma jurisdicción y la misma competencia”, dijo el legislador. Desde el oficialismo dijeron que en material electoral la jurisdicción es toda la provincia y no solo La Pata y que cualquier magistrado puede ser electoral porque no hay otros en la provincia.
“Estamos forzando las cosas. Culotta va a tener que hacer 100 km de su juzgado a La Plata”, criticó Tailhade y dijo que había mandado una nota a la Cámara de La Plata para que informen si algún juez de allí está en condiciones de hacerse cargo del juzgado electoral.
El macrismo se impuso en la votación final: Moldes, Cabral, Mahiques, los diputados Pablo Tonelli (PRO) y Gustavo Valdés (UCR) y el abogado Miguel Piedecasas aprobaron la subrogancia de Culotta. También el representante de los académicos, Daniel Candis, quien se distanció del bloque K que integró hasta diciembre de 2015.
Culotta es un hombre de carrera y tradición judicial. Empezó en la justicia federal de Morón –donde conoció al fallecido fiscal Alberto Nisman– pasó por San Isidro y en 2006 fue designado juez federal de Tres de Febrero.
En su juventud tuvo militancia política. Antes de estudiar derecho cursó la carrera de agronomía, donde participó de “Franja Morada”, la juventud de la UCR. Cuando comenzó abogacía dejó ese espacio. Sí continúa en la vida política de los jueces. Integró la “Lista Celeste” hasta el 2014 cuando un sector rompió por la cercanía con el kircherismo y formó parte de “Compromiso Judicial”. Por esa lista fue candidato suplente en las últimas elecciones para el Consejo.
“Juanchi” Culotta es de bajo perfil y en el mundo judicial lo destacan por su solvencia y capacidad. Algunos creen –dentro del macrismo también– que su rigidez jurídica puede ser un escollo para moverse en un juzgado donde lo político tiene tanto o más peso que el derecho. “Si el gobierno cree que le puede pedir algo, está equivocado”, le dijo a Infobae un colega que lo conoce hace años.
Como juez, Culotta tuvo varias causas importantes –investigó al ex juez de Campana Federico Faggionato Márquez y el incendio intencional en un tribunal oral de San Martín con amenaza de muerte a la gobernadora María Eugenia Vidal– pero la más importante fue el crimen del espía Pedro “Lauchón” Viale, un hombre del ex jefe de inteligencia Horacio “Jaime” Stiuso, por parte de oficiales de la policía Boanerense durante un allanamiento a su casa.
El juzgado federal de La Plata estuvo a cargo durante toda la democracia de Manuel Blanco, quien falleció en septiembre de 2014. Quien lo subrogó fue Laureano Durán, un secretario de la Cámara propuesto por el kirchnerismo –cuando tenía la mayoría en el Consejo– y rechazado por la oposición que veía una posible influencia en las elecciones. Durán tuvo a cargo la elección y presidencial y a gobernador del 2015 en las que ganó Vidal.
Durán dejó el juzgado en noviembre del 2015 cuando la Corte Suprema declaró inconstitucional la ley de suborgancias y con ella su nombramiento. Quien se hizo cargo fue María Servini de Cubría, jueza electoral de la Capital Federal, con el apoyo del macrismo, ya con mayoría en el Consejo. Pero Servini renunció en diciembre pasado, una semana después que Culotta hizo su pedido para ir a La Plata. Actualmente el juzgado electoral esta a cargo de Adolfo Ziulu, juez civil, contencioso y comercial federal de esa ciudad y nombrado por la Cámara Electoral hasta el 31 de marzo.
Para cubrir con un juez titular el juzgado electoral hay un concurso que lleva adelante la Comisión de Selección pero falta mucho para que eso se concrete.
Actualmente lo subrogan de manera rotativa Leal de Ibarra y Suárez, dos jueces de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia. Como camaristas revisan las decisiones que toman como jueces de Río Gallegos. “La Corte Suprema lo permite pero no es lo adecuado”, reconoce por lo bajo un consejero.
El tema también generó discusión entre el macrismo y el kirchnerismo. Vázquez y Tailhade pidieron que la Cámara informe si algún juez de primera instancia del sur puede hacerse cargo del juzgado. Moldes les contestó que se mantienen las razones que en su momento hicieron que los camaristas sean designados.
Nuevamente en la votación se impuso el macrismo para que Leal de Ibarra y Suárez sigan en el juzgado de Río Gallegos –sus subrogancias vencen el 31 de marzo– hasta el 30 de noviembre. Se intercalarán en el juzgado cada 60 días.
El kirchnerismo desconfía de Leal de Ibarra, un juez de carrera judicial y cercano al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, quien lo nombró con Martín Irurzun como directores de la oficina de escuchas judiciales cuando pasó a depender del máximo tribunal por una reforma que impulsó Macri. El Presidente de la Nación firmó hace un mes un decreto por el que prorrogó por tres años los nombramientos de Irurzun y Leal de Ibarra a pesar que la Corte había fijado que eran por uno y no renovable.
Leal de Ibarra procesó el mes pasado a Daniel Peralta, ex gobernador de Santa Cruz, por incumplir el fallo de la Corte que le ordenó reponer en el cargo al ex procurador de esa provincia Eduardo Sosa, que había sido desplazado del cargo cuando Néstor Kirchner estaba al frente del Poder Ejecutivo local
Los nombramientos de los tres jueces electorales para los comicios de octubre serán tratados en el plenario del Consejo el próximo 30 de marzo. Si se aprueben tendrán los cargos desde el 1 de abril hasta el 30 de noviembre.
El macrismo tiene los siete votos que se necesitan para eso. A los ya obtuvo en la comisión –que son siete– se les suma los de la abogada Adriana Donato, presidente del Consejo, y del senador radical Ángel Rozas. Por su parte, el kirchnerismo agregará los votos en contra de los senadores Ruperto Godoy y Virginia García.
Fuente: Clarín