Jhasmani Campos vive en Bangkok desde hace tres meses. Allí juega en el Bangkok Glass, de la Liga Premier de Tailandia. Pero ahora está aquí, vestido todo de verde, listo para empezar el entrenamiento de la selección de Bolivia, la suya. Flaco, amable y algo tímido, admite que sí, que también a Tailandia llegó el video y que lo primero que le preguntaron, cuando se presentó ante los medios, fue sobre su pelea con Lionel Messi.
La escena ocurrió en el CenturyLink Field de Seattle, el 14 de junio pasado, en los minutos finales del partido que la Argentina ganaría 3 a 0. Fue en una jugada en la que Messi gambeteó hacia adentro hasta que Campos lo cruzó fuerte con su rodilla sobre el muslo. El capitán argentino lo insultó desde el piso y cuando se paró, quedaron cabeza contra cabeza, discutiendo. Enseguida se armó un remolino de varios jugadores y cuando todos se calmaron, el árbitro le sacó tarjeta amarilla al volante boliviano, que llevaba la camiseta 10 igual que el argentino.
Campos recuerda el episodio con las mismas palabras que utilizó aquella noche después del partido: “Él nos quiso sobrar, y eso me enojó mucho. También, que algunos de mis compañeros no intentaran hacer nada”, revive al borde del campo de juego del estadio Hernando Siles, donde este martes volverá a cruzarse con Messi. “Pero fue él que me encaró después de que se levantara, no inicié yo el problema”, distingue.
Este zurdo de 28 años, nacido en Santa Cruz de la Sierra, que ya jugó en tres clubes de Bolivia, uno de Qatar, uno de Arabia Saudita y uno de Kuwait (además del actual de Tailandia), no será titular contra la Argentina por las eliminatorias, según se desprende de lo que preparó Mauricio Soria, el entrenador. Dice, de todos modos, que va a saludar a Messi, porque siempre lo admiró. Y al final cuenta una infidencia familiar: “Cuando la semana pasada llegué a Santa Cruz desde Tailandia, le dije a mi hijo (Fabricio, de siete años) que íbamos a jugar contra la Argentina. Él es muy fanático de Messi, y me contestó: ‘Le tienes que pedir disculpas entonces'”.
-¿Qué le respondiste?
-Que no puedo hacer eso…
Fuente: La Nación