El titular del Sindicato de Peones de Taxis no fue a la Justicia pero por radio volvió con dichos polémicos: “Tampoco puse la bomba en San Petersburgo, no maté a nadie”.
Omar Viviani, líder del Sindicato de Peones de Taxis, no se presentó a declarar hoy ante el fiscal de la Cámara Penal porteña, Walter Fernández, al ser acusado por su llamado a “dar vuelta los coches” que mañana trabajen durante el paro. Según fuentes judiciales, el abogado del gremialista presentó un pedido de prórroga y, luego, un certificado médico con 48 horas de reposo.
Tal como explicaron desde la Fiscalía, en principio el dirigente de los taxistas debe presentarse el viernes a declarar en el edificio del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, tal como debería haberlo hecho hoy. Viviani ya está imputado por “amenazas agravadas y por cometer delito contra la libertad de trabajo” a causa de sus desafortunados dichos.
El pedido de prórroga, según confiaron desde la Fiscalía, alegó que Viviani tiene muchas causas en su contra y necesitan tiempo para poder realizar correctamente la defensa. Además de esta causa, ayer radicaron una denuncia en Mar del Plata y otras tres en los Tribunales Federales de Comodoro Py. Todas por el mismo hecho.
Pero antes de que el fiscal Fernández decidiera si le concedía o no la prórroga, el abogado de Viviani presentó un certificado médico. Allí explicitó que el dirigente, uno de los más cercanos a la ex presidenta Cristina Kirchner, al punto de ser candidato a diputado nacional en 2015 por el Frente para la Victoria, sufre hipertensión arterial y problemas cardiovasculares. Por esto, deberá tener un reposo de 48 horas.
Más temprano, y a pesar de no presentarse a declarar, el dirigente gremial habló en Radio 10. El titular del sindicato de peones de taxis dijo que no va “a ser el pato de la boda de este paro” y afirmó: “Tampoco puse la bomba en San Petersburgo, no maté a nadie”.
A Viviani se lo imputó por el artículo 149 ter. del Código Penal. Todo el art. 149 es el que se aplica en casos de amenazas, pero el inciso “ter.” es el referido a las amenazas contra el trabajo, como consideró el fiscal que sucede en este caso. Por este delito, se le podría aplicar una pena de entre 5 y 10 años de prisión.
La próxima vez que el taxista se presente en la Fiscalía, se le leerá la imputación y tendrá dos alternativas: declarar ese mismo día -puede ser con un escrito-, o bien, pedir 15 días para preparar su defensa y volver a la fiscalía a declarar.
Ayer, admitió su error y pidió disculpas. “Perdí el timing, se me soltó la cadena, no tendría que haber dicho eso”, aseguro, para luego agregar: “El que quiera salir a trabajar, que trabaje”.
Fuente: Clarín