El Papa estuvo en la cárcel de Paliano, que recluta a los integrantes de la mafia que colaboraron con la Justicia.

En el comienzo de la celebración por la Semana Santa , el papa Francisco acudió a una prisión de máxima seguridad para encabezar el ritual del lavado de pies a 12 presos, entre ellos tres mujeres, un musulmán y un argentino.

En su homilía, Francisco recordó a los presos que su gesto de lavar sus pies retoma la actitud revolucionario de Jesús, cuando lavó los pies de sus discípulos antes de ser crucificado, haciendo esencialmente el trabajo de un esclavo por amor.

“Si pueden hacer algo, un servicio para sus compañeros en la cárcel, háganlo”, les urgió Francisco. “Esto es amor. Es como lavar los pies: ser el siervo de los demás”.

El Pontífice visitó desde las 16 locales (11 de Argentina) la cárcel de Paliano, en la localidad de Frosinone, para cumplir con el rito de lavado, entre ellos tres mujeres, un musulmán a punto de ser bautizado, un albanés, seis italianos y un argentino, que recibió el bautismo en la ceremonia.

Francisco estuvo luego con otros dos detenidos, un hombre y una mujer, de manera separada ya que se encuentran en régimen de aislamiento, al igual que otras 8 personas enfermas de tuberculosis a quienes saludó.

Este fue el tercer Jueves Santo que Francisco pasa en una cárcel, como parte de su añejo énfasis de ministrar a los prisioneros y darles rehabilitación y esperanza. El ritual católico subrayó una vez más que los pontífices deben servir a los marginados de la sociedad y darles esperanza.

El centro de detención de Paliano, en una fortaleza al sur de Roma, es la única cárcel italiana dedicada a recluir a los miembros de la mafia que decidieron colaborar con la Justicia para reducir el tiempo de sus penas.

El Vaticano precisó que dos de los 12 reclusos escogidos para la ceremonia están cumpliendo cadenas perpetuas, mientras que los otros tienen fechas de liberación entre 2019 y 2073.

Paliano tiene entre 60 y 70 reclusos, entre ellos unos 50 excapos de la mafia. La prisión también alberga a cuatro mujeres y cuenta con una sala especial para reclusos infectados de tuberculosis.

El Vaticano dijo que tres de los 12 reclusos a los que el Papa lavó los pies eran mujeres y que una es una musulmana que deberá ser bautizada como cristiana en junio. Los presos prepararon pasteles como regalos y ofrecieron platillos con calabaza y pepinos cultivados en el jardín orgánico de la prisión.

Fuente: La Nación

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