La firma de acuerdos con empresarios coreanos sin homologar por el Estado argentino, que involucra a personas del entorno de José Cano, titular del Plan Belgrano, también habría generado una empresa.
Escándalos, desmentidas, operativos, críticas, desacreditaciones. Toda una sucesión de cuestiones desató la investigación periodística llevada adelante por Diario Cuarto Poder, en lo que se dio en bautizar como el “Escandaloso Plan CoreANO”. Se dijo que no había vínculo de Alberto Darnay con el Plan Belgrano, pero se olvidaron de borrar las fotos en las redes sociales y no pudieron ocultar el nombramiento de éste en el Pami en el sugestivo cargo de coordinador de Enlace con la Unidad Plan Belgrano, ocurrido paradójicamente el 17 de agosto de 2016.
También se quisieron “despegar” de los otros integrantes de la comitiva nacional, que fue en nombre no sólo del Pami y el Plan Belgrano sino también como representantes de la propia Jefatura de Gabinete de Ministros, según se desprende de los acuerdos firmados -ninguno con validez sin la homologación del Estado argentino- y de la plaqueta de reconocimiento a los empresarios de la subsidiaria coreana de ESSCOM Japan Co. Ltd.
Además negaron que haya habido reuniones con empresarios coreanos, lo que desmiente la propia cuenta de Twitter de José Cano, en donde se observa una foto de un encuentro con representantes de ese país en la sede de la Unidad Plan Belgrano, en Buenos Aires. Cano presidió el encuentro y a su lado estaba uno de sus colaboradores directos, Ricardo Ascárate.
Del acuerdo de compromiso de compra por 315 millones de dólares, que suscribió el representante de una fundación que integró la comitiva argentina, no se dijo nada. Tampoco se realizaron aclaraciones con respecto a la firma de un acuerdo con la empresa Jicen Hitech Co. Ltd. de Corea, para garantizar la compra del FORMI WATCH J200, una especie de reloj pulsera que envía a una base de datos parámetros médicos de quien lo tiene colocado. Ese compromiso, del que no se dieron cifras oficiales, generó el inicio de un sumario en contra de Darnay, por parte del ex titular del Pami, Carlos Regazzoni en enero de este año.
Ya sabemos la suerte que corrió el ex funcionario nacional, a quien el propio presidente le pidió la renuncia.
Una sociedad anónima
Lo llamativo de este escándalo, que cuenta con una queja coreana en Cancillería Argentina, es la conformación de una sociedad anónima (SA), de la que participan varios de los integrantes de la comitiva argentina y, sugestivamente, dos personas de nacionalidad coreana. La creación de la firma KUMHO LAT AM SA data del 5 de diciembre del año pasado y figuran allí como socios, entre otros, Alberto Rafael Darnay, Osvaldo Barreñada, Carlos Rafael Rojas, Young Sik Oh y Dae Kyu Yang. La publicación en el Boletín Oficial de la República Argentina data del 14 de diciembre.
Los integrantes de esta nueva SA señalan estar dedicados al comercio, establecen una duración de 99 años para la empresa, que estaría dedicada a la fabricación, compraventa, consignación, representación, importación, exportación y distribución de repuestos y autopartes del automotor, en especial en lo relacionado con neumáticos nuevos y usados, así como los accesorios y artículos conexos y complementarios relacionados directamente con la actividad.
Para la conformación de la SA, los socios aportaron un total de 300 mil pesos, se determinaron las autoridades y se fijó como domicilio el de avenida Belgrano 1217, piso 6º, oficina 67, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La integración de esta sociedad anónima y el hecho de haber sido mencionada por los representantes de Corea como una subsidiaria de su empresa en nuestro país, además de la conformación de personas que participaron en la comitiva oficial argentina y las negociaciones en Corea del Sur en el mes de octubre, y también empresarios de ese país asiático.
Tampoco se dieron a conocer los resultados de la auditoría que tuvo como implicado principal a Alberto Darnay, quien lejos de mostrarse alejado de Cano, hasta ofició de anfitrión de Hernán Lombardi, en su casa de Tafi del Valle por pedido del propio titular del Plan Belgrano.