La mitad de los trabajadores del distrito lo hace en el estado. La Nación le pide un ajuste de gastos para acordar ayuda financiera. La gobernadora se niega.
Los números no la acompañan: los empleados públicos representan el 48% de la población económicamente activa y a los gastos corrientes se destina el 90% de los ingresos del arca provincial. Pero pese a los problemas financieros que condujeron a Santa Cruz a una profunda crisis, Alicia Kirchner fue rotunda: “No voy a echar gente”, dijo ayer en diálogo con una radio local.
Así, la cuñada de Cristina salió al cruce de las recomendaciones del Gobierno nacional, que le pide un reordenamiento de las cuentas públicas. En diálogo con Clarín, el viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García De Luca, mantuvo la postura y pidió que la gobernadora “se haga cargo. Hay un desequilibrio enorme entre lo que ingresa y se gasta”.
Santa Cruz cuenta con 54.301 empleados públicos -esto incluye al sector activo y pasivo-, que se suman a más de 20 mil trabajadores municipales. Según consignó la gobernadora, los sueldos ascienden a 86 mil, porque en el caso del sector docente, muchos cuentan con dos cargos. En total, cada mes la mandataria necesita $ 1.595 millones sólo para pagar salarios. No le alcanza. Y por eso continúa reclamando “más asistencia” a la Nación. La respuesta de la Casa Rosada es que para acordar un plan a mediano plazo, debe ajustar el descalabro. Por el momento, no parece dispuesta.
Sin mostrarse en público desde los incidentes del viernes por la noche, Alicia salió ayer al aire en una entrevista radial con la radio del estado provincial. Fue para cruzar el pedido del ministro del Interior Rogelio Frigerio que en diversas oportunidades pidió un “plan serio para sanear las cuentas”.
“¿Cual es el plan serio? ¿Echar gente? No lo voy a hacer”, sentenció la hermana de Néstor Kirchner y señaló que le da “bronca” que hable de que “no se hizo un plan serio, es fundamental que se reactive la actividad económica, lo números la Nación los tiene, pero yo necesito que se movilice la actividad económica. Ahora es fundamental que nos ayuden”.
En un escenario de reclamos, paros de los estatales por otras 120 horas, y con una deuda de $ 837 millones con la Casa Rosada por anticipos de coparticipación otorgados durante 2016, la cuñada de Cristina Kirchner negocia con el Banco Nación un crédito por $ 850 millones.
Esta semana se terminará de presentar la documentación: sería un alivio, pero momentáneo. “Es fundamental que esto salga. Esto se vio demorado por muchas causas a nivel nacional nos pedían endeudamiento, a nivel provincial obstructores no quisieron ese endeudamiento”, dijo la gobernador, criticando al sector de Eduardo Costa, el radical que es el principal referente de Cambiemos en la provincia.
En el Gobierno nacional marcan una diferenciación: dicen que le pidieron “sanear las finanzas”, “no el ajuste”. El viceministro del Interior agregó: “A mediano y largo plazo tiene que haber un reordenamiento, no le decimos qué tiene que hacer, ni que modifique el sistema jubilatorio, sino que dejen de usar la campaña en la provincia de Buenos Aires y que se hagan cargo”.
Sin puntos de acuerdo por el momento, Alicia Kirchner no sólo pide plata para sueldos: “Necesitamos que se reactive la obra pública”. Terreno sinuoso para la gobernadora. Las principales causas por corrupción contra el kirchnerismo parten de un monumental desembolso para la obra pública que se le dio básicamente al empresario Lázaro Báez durante 12 años y que terminó con sospechas fundadas de lavado de dinero y la mayoría de los trabajos inconclusos.
El problema, igual, es previo al desembarco K en la Rosada. La provincia gobernada por el FpV desde 1991, y se declaró en quiebra en diciembre de 2015, cuando asumió Alicia. El déficit anual es de $ 6.731 millones. El principal problema financiero de Santa Cruz es sus sistema previsional: $ 2.470 millones de déficit proyectado para 2017, es decir un tercio de su rojo financiero.
Fuente: Clarín