El juvenil cordobés convenció a los Barros Schelotto por encima de Zuqui, Solís y Oscar Benítez; la difícil misión de encontrarle el reemplazante a Centurión y la falta de juego en las últimas fechas fueron los motivos de su elección.

La lesión de Ricardo Centurión dejó un espacio muy difícil de llenar en la formación inicial de Boca: en el encuentro ante Patronato de Paraná, el elegido por Guillermo y Gustavo Barros Schelotto había sido Nazareno Solís; contra Atlético de Rafaela, el fin de semana pasado, la alternativa fue Fernando Zuqui. Frente a Arsenal, la oportunidad le llegará ahora a Gonzalo Maroni, que llegó desde Instituto, cumplió 18 años el mes pasado y en el verano realizó su primera pretemporada.

Cordobés del barrio Poeta Lugones, llamó la atención desde muy chico cuando apareció en un torneo infantil intercolegial transmitido por televisión. Era la figura del instituto Peña, con un juego encarador y vertical a través del cual apilaba adversarios y sumaba un gol tras otro. En la escuelita EFUL, donde jugaba los fines de semana, también asombró a muchos.

Socio de Instituto desde los 3 años, llegó a las inferiores de manera natural: toda su familia era hincha del conjunto de Alta Córdoba. Ahí se ubicó en una posición más retrasada, como mediapunta o enganche para ganarse el apodo “Maravilla” y, a la hora de las inevitables comparaciones, ser referenciado en el estilo de Pablo Aimar.

Primero Belgrano y después San Lorenzo intentaron sumarlo a sus canteras, pero cada vez que hablaron con su familia la respuesta que encontraron en su padre, chófer de colectivos, fue la misma: que no se movería de Instituto hasta lograr el sueño del debut en primera con la casaca roja y blanca. Así fue como con su impronta potreril y desfachatada se quedó en la Gloria.

En la entidad cordobesa fue Héctor Rivoira quien lo promovió al plantel profesional cuando apenas tenía 16 años. El ansiado día del estreno llegó el 11 de agosto de 2015, ante Atlético Tucumán en Alta Córdoba. En aquel campeonato del Nacional B, luego ingresó frente a Guillermo Brown de Puerto Madryn, Santamarina de Tandil, Chacarita y Guaraní Antonio Franco. Hasta que en diciembre de ese año, Boca le compró a Instituto su pase y el de Agustín Llanos en una cifra superior a los 6.000.000 de pesos. Maroni todavía se lamenta no haber podido jugar más en el club de sus amores.

Con su muy buena pegada, en la Reserva es el encargado de ejecutar las pelotas detenidas y también marca diferencias con disparos de media distancia. Desequilibrante en el uno contra uno, continuamente busca ir para adelante aunque algunos en Boca consideran que todavía necesita mayor madurez mental y desarrollo físico para no ser intermitente en el desempeño colectivo.

Maroni solamente disputó 6 minutos con la camiseta de Boca, en el torneo pasado frente a Estudiantes. Aquel 16 de mayo del año pasado en el que el Pincha se impuso 3 a 1 en el Estadio Único, Guillermo, que había dispuesto un equipo alternativo por la participación en la Copa Libertadores, lo mandó a la cancha por Alexis Messidoro cuando la desventaja era de un gol. Frente a Arsenal, Maravilla podrá tener su debut desde el arranque para mostrarle sus gambetas a la Bombonera.

Fuente: Canchallena

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