Mundial Sub 20. Claudio Úbeda dijo que la Argentina es candidata y reveló los detalles de lo que pasó con Lautaro Martínez.
El primer partido, el debut, es un paso que siempre deja una huella. Una puerta es el monumento histórico representativo de la sede en la que la Argentina realizará su presentación ante Inglaterra, mañana, desde las 4 (hora argentina), por el Grupo A de la Copa del Mundo Sub 20. La Puerta de Pungnammun, que luce imponente en el sector sur de la ciudad, fue construida en 1389 y resultó derribada por los japoneses en la guerra de Imjin; casi dos siglos más tarde fue reinagurada. Es el único de los cuatro portones que existían originalmente que queda en pie. Al transponer la fortaleza, el castillo del gobernador provincial durante la dinastía Joseon quedaba a merced de los invasores. Atravesar sin conflictos el juego con Inglaterra es el único objetivo que se traza el director técnico Claudio Úbeda, que se enseña con menos tensión, en comparación con lo que fueron las horas previas al cotejo con Perú, el que presentó su ciclo en el campeonato Sudamericano de Ecuador. No le faltó superar obstáculos, algo que se presentó como una constante desde que asumió, pero el entrenador refleja la imagen de aquel que con el tiempo encontró las respuestas para ejecutar su plan. La gira previa por Vietnam le dejó observar en el campo lo que durante los últimos tres meses proyectó en entrenamientos intensos, aún sin contar con todo el grupo. “Estamos con la tranquilidad de haber tenido un tiempo más de trabajo, de estabilidad, de planificar mejor las cosas. No diría que nos podemos distender, eso sería un error, pero llegamos en mejores condiciones de las que lo hicimos al campeonato Sudamericano y eso se debe reflejar en nuestras caras, en los movimientos, en las actitudes”, comenta Úbeda, sentado en uno de los varios sillones que tiene el lobby del hotel Ramada. Mientras él habla, la utilería de Inglaterra prepara el equipamiento para la práctica vespertina; algunos integrantes de Guinea se pasean por los alrededores, sin atreverse a salir a la calle, y los coreanos van y vienen, con sus visitas constantes al café y a los almacenes de 24 horas.
-A diferencia del Sudamericano, ¿se llega al Mundial con el equipo formado?
-Llegamos con los jugadores en estado de competencia, aunque con una pequeña falta de ensamble porque todos estaban jugando en primera. La ventaja que tenemos respecto a lo que nos pasó en Ecuador es que ahora los futbolistas conocen la idea, lo que pretendemos, y lo pudieron ensayar en el Sudamericano y en los amistosos internacionales con Uruguay y Vietnam. Si hay que comparar, llegamos mucho mejor.
-Hubo una renovación profunda de la lista, casi la mitad de la nómina es nueva respecto a la que viajó a Ecuador.
-Influyeron muchos factores, fundamentalmente la posibilidad de tener más tiempo para ampliar la captación y la búsqueda. Tener en la fecha FIFA pasada a los chicos que juegan en Europa y que pudieran venir al Mundial, porque para el Sudamericano no los liberaban; recuperar a lesionados como [Exequiel] Palacios y [Gonzalo] Montiel, bajas horas antes de tener que confeccionar la lista para Ecuador… Las modificaciones pasaron por mejorar la calidad del plantel. Muchos de los que iniciaron el Sudamericano se estabilizaron en primera y eso les dio un rodaje muy útil.
-¿El cambio de dos de los tres arqueros forma parte de los factores que nombraste?
-Franco [Petroli], que atajó en la última fecha del hexagonal final del Sudamericano y que es el único que repetimos, había llegado con poco tiempo de fútbol a aquel torneo. Había tenido una lesión en la muñeca y no jugaba en su club [River]. Por eso no inició jugando el campeonato; confiamos en [Ramiro] Macagno, el que más presencia tenía en primera con Atlético de Rafaela. Ahora, con Petroli con ritmo, encontramos en Manuel Roffo [Boca] y Marcelo Miño [Rosario Central] a los mejores acompañantes, porque tienen actividad en sus equipos.
-Ante tantas modificaciones, ¿te equivocaste o hubo bajas respuestas de los jugadores?
-Se habló mucho, porque en ese momento teníamos la necesidad de competir y de jugar partidos internacionales; a Ecuador el equipo llegó sin rodaje ni competencia. Muchos de los chicos jugaban sólo en la Reserva y eso es jugar casi sin gente. En el Sudamericano a muchos les costó la exposición de jugar un torneo internacional, con público en las tribunas. Esas cosas a veces llevan tiempo de maduración en algunos chicos.
-Argentina tuvo apenas dos presencias desde el título mundial de Canadá 2007, ¿eso pesa?
-Le decimos a los jugadores que cada mundial es distinto y no se pueden tomar los antecedentes como parámetros. Es un dato, a veces contundente, pero son generaciones distintas y no podemos pararnos ahí para proyectarnos. Además, desde que la Argentina salió campeón por última vez, cada dos años la selección Sub 20 tuvo un técnico diferente.
-¿Los hinchas se pueden ilusionar con este equipo?
-Ilusiona, porque veo las ganas, el entusiasmo, profesionalismo. Son jugadores más formados que cuando iniciaron el proceso para el Sudamericano. La evolución de Juan Foyth, por resaltar un nombre, es de un crecimiento notable. No solo personal, si no por cantidad de partidos en primera en un equipo que juega torneos internacionales, con un roce muy diferente. El caso de Lautaro Martínez, aunque con una lesión de un compañero, se afianzó, convirtió. El enriquecimiento que nos aportan dos chicos que están en competencia continua en Europa, como [Santiago] Colombatto y [Ezequiel] Ponce, la presencia de Montiel y Palacios. Todo nos eleva el nivel. Con expectativa medida, porque todos se prepararon con la misma ilusión, pero confiamos que podemos ser competitivos.
-¿Es candidato?
-Siempre. Ser la selección que más veces ganó mundiales en esta categoría hace que el entorno siempre hable de la Argentina como posible candidata al título. Por historia, siempre se tuvieron chances. Nuestra tarea debe ser dignificar los logros del pasado, pero proyectando a las figuras del futuro.
-¿A quién ves como el principal rival del grupo?
-Inglaterra. Es el primer partido, con todo lo que significa un debut, las tensiones. Corea del Sur tendrá el plus de ser el local, como sucedió con Ecuador en el Sudamericano. Sin embargo, intuimos que los ingleses serán el principal oponente a vencer.
-¿Qué aportará Colombatto?
-Hizo las inferiores en River y tuvo un paso por Racing hasta que se fue a Cagliari, que lo cedió esta temporada a Trapani [Serie B]. Es un volante interior mixto, zurdo, de buena salida para el primer pase, algo importante para nuestro circuito de juego, que fue algo que nos costó bastante en Ecuador.
-¿Palacios será el conductor?
-Es un jugador de mucha posesión de pelota, de asistencias; con Barco teníamos más verticalidad para el desequilibrio. Nos daban alternativas para la construcción del juego dependiendo de los momentos de los partidos y de los rivales.
-Con Ponce encontraste oxígeno para Lautaro Martínez, algo que no tuvo en Ecuador.
-Si, Ezequiel tiene potencia y técnica. No es el típico N°9 de área; entiende cómo jugar y con él se genera una buena competencia con los centrdelanteros, porque también está el Chelo Torres, otro de los goleadores con Lautaro del Sudamericano.
-Con lo que le pasó a Lautaro Martínez en Vietnam, ¿pensaste en reemplazarlo?
-Siempre fuimos muy cautos, desde el momento en que pasó la lesión. De la Argentina llegaba información de que ya estaba fuera del mundial. Nunca nos volvimos locos y mantuvimos la calma, porque teníamos que esperar a un segundo estudio, reforzar el primer diagnóstico. Queríamos que fuera visto en un centro de alta complejidad. El mismo día de la lesión estuvimos con el médico [Fernando Rudi] y Fabián Lovato [presidente de la delegación] como hasta las 3 de la mañana y le pasábamos un video a [el doctor Alejandro] Rolón de las primera imágenes y él, que a pesar de que era una videollamada, me decía que en un 95% no era fisura de tráquea. Nosotros no dijimos nada porque queríamos esperar al segundo estudio, no era lógico generar una expectativa que después no se pudiera cumplir. Entonces no tomamos una decisión apresurada, porque tampoco era un proceso largo el que se necesitaba para estar bien. Y por suerte el tiempo y la tranquilidad que tuvimos todos en la delegación, porque acá nos juntamos con el cuerpo médico, los dirigentes, y todos pensamos que había que esperar. Hay fisura en la nariz, pero ya se entrenó; utilizó la máscara para probarla. No vamos a cometer locuras ni acelerar un tiempo de recuperación, porque además estuvo 72 horas sin hacer ninguna actividad y él viene de una lesión que lo venía complicando en los entrenamientos diarios en el club. Veremos si está para ir o no al banco de los suplentes. Dependerá de la confianza que tenga, de sacarse el miedo que se puede volver a golpear. Ojalá no lo necesitemos con Inglaterra y recuperarlo para el segundo partido.
-¿Te sigue molestando la situación que se generó por la cesión de Barco?
-Caso cerrado. Estamos lejos, pero leo y escucho las cosas que pasan y no estoy de acuerdo de cómo se dice que pasaron muchas de las cosas. Nunca hubo secretos, como no lo hubo con Lautaro [Martínez]. No hay mucho de qué hablar. El jugador siempre estuvo citado. En el reinicio de las prácticas tras el Sudamericano, él y otros que estaban en competencia no fueron convocados, porque necesitábamos ver al resto, a ellos los conocíamos y estaban compitiendo.
A la acción: Inglaterra será el primer rival en Corea del Sur
Diez años después de la última conquista mundial, la Argentina inicia una nueva aventura con la ilusión de romper con la década de frustraciones. El continente asiático será el escenario, el mismo en el que Diego Maradona se consagró campeón Juvenil en 1979, en la Copa del Mundo de Japón. No hay Maradona ni Messi, esos distinguidos que dejaron su sello a temprana edad con la selección. La Argentina se clasificó con angustia para el Mundial Sub 20 de Corea del Sur. Dependió de otro resultado: el empate entre Colombia y Brasil le quitó la posibilidad a los brasileños de acceder a la cita. Un sorteo de obstáculos fue el recorrido, desde la polémica elección de quienes conducirían al equipo a la negativa de Independiente de liberar a Ezequiel Barco.
Inglaterra será el primer examen, mañana, desde las 4.30 (hora argentina). Un rival sin laureles entre los Sub 20, que exhibe un tercer puesto en Australia 1993 como mejor resultado y que cumplirá 20 años sin victorias en una Copa del Mundo Sub 20, desde el éxito 1-0 sobre México -gol de Michael Owen- en Malasia 1997. Si la historia no le sonríe, el presente le hace una mueca cómplice: fue la primera selección en sacar boleto para el certamen.
La Argentina cumplió en la gira por suelo vietnamita sus dos propósitos: la aclimatación al cambio horario -12 horas es la diferencia- y un mayor rodaje y roce internacional frente a los representativos locales Sub 20 y Sub 23, a quienes goleó por 4-1 y 5-0, respectivamente. La lesión de Lautaro Martínez, fisura de tabique nasal, fue el punto oscuro. El goleador será evaluado horas antes al juego para decidir si integrará el banco de los suplentes o si es preservado para el encuentro con Corea del Sur. Sin el delantero de Racing, será Ezequiel Ponce quien ocupará el puesto de referente de ataque. La elección de los volantes externos es por dónde asoman las mayores incógnitas: entre Brian Mansilla, Lucas Rodríguez y Marcelo Torres se disputarán dos plazas, aunque el cuerpo técnico tampoco descarta a Tomás Conechny. El único que tiene la posición asegurada, al menos para el debut, es Exequiel Palacios. El volante de River tiene su desquite, tras una lesión en lo marginó del Sudamericano. La Argentina, con seis coronas, es la selección con más títulos mundiales Sub 20. Entregó un handicap de 10 años, desde Canadá 2007 y en Corea del Sur desea retomar el camino de las celebraciones. Inglaterra será la primera puerta a la que deberá descifrarle la combinación.
Fuente: La Nación