-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace pintando de color blanco al Escarabajo 69? ¿Está por poner un taller de chapa y pintura?
-No, mi estimado, estoy tratando de tener algo de impunidad.
-Pero ¿usted cree que le va a servir pintar el auto de blanco para lograr impunidad?
-Sipi.
-¿Por qué piensa eso?
-Porque a un legislador tucumano parece servirle.
-¿Por qué dice eso?
-Porque la policía lo agarró con droga en su camioneta blanca.
-¿A quién?
-Dejeme contarle y capaz que lo saca, con su característica velocidad.
-No comience con las cargadas, que me voy y no pago el café.
-Más que café, quiero que me pague un tesito de boldo, para bajar el locrazo que me comí ayer.
-Bueno, pero no se vaya del tema y cuente qué es lo que pasó con ese legislador.
-Iba en su camioneta blanca por las calles de Villa 9 de Julio y la policía le cruzó patrulleros adelante y atrás.
-¿Y qué más?
-Le requisaron la camioneta y encontraron “merca”.
-No me diga.
-Si le digo.
-¿Y qué pasó?
-La chica que lo acompañaba se fue…
-¿Cómo? ¿Lo abandonó en la estaqueada?
-No, después volvió con un bolso deportivo que le entregaron a los policías.
-¿Les regaló ropa deportiva?
-¡¡¡No sea zopenco!!! En el país de las valijas y bolsos, ¿qué cree usted que les dio?
-Bueno, la verdad que no sé…
-Deje nomás, los lectores ya lo sacaron.
-Pero ¿qué pasó con el legislador, Eduard?
-Se fue lo más tranquilo y se evitó un escándalo más.
-¿En serio?
-Menos mal para él que los que lo detuvieron no eran policías de Santiago del Estero.
-Pero, usted tampoco me dice de quién se trata…
-Mejor suspendamos la respuesta.
-¿Por qué?
-Porque los lectores también lo sacaron.
-Está bien. ¿Quiere que le dé una mano con la pintura?
-Sipi, pegue bien el diario en el parabrisas con esta cinta.
-¿Y usted que hará?
-Me tomo un cafecito.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!