El acuerdo por el cual el Grupo Alperovich fue beneficiado con la realización de una obra de pavimentación, a cambio de la violación del Código de Planeamiento Urbano, puso al desnudo la adjudicación directa de obras, sin la autorización del Concejo Deliberante, por parte de la gestión de Mariano Campero. El costo de la citada pavimentación excede los que se aplican a las obras adjudicadas por el municipio de Yerba Buena.
Entre las promesas electorales realizadas por Mariano Campero, en su camino hacia la intendencia de Yerba Buena, se destacaban la transparencia, la realización de licitaciones para las obras en desmedro de las adjudicaciones directas; la negativa a nombrar amigos y parientes en el Gobierno; el ordenamiento del tránsito y el respeto por el Código de Planeamiento Urbano, entre otros. En el último de estos puntos, su “caballito de batalla” fue la demolición de las torres construidas sobre avenida Perón, que había construido la empresa del Grupo Alperovich y que violaba varios puntos del Código de Planeamiento Urbano.
Campero se cansó de utilizar la palabra demolición, sobre lo que estuviera mal construido, pero cuando tuvo que cumplir con aquella promesa electoral, que le granjeó simpatías y votos, prefirió otorgar concesiones, en lo que se dio en llamar el Pacto Campero-Alperovich.
La firma del acuerdo por el cual se compensó la citada irregularidad con la pavimentación de una calle que lleva a un country, se realizó sin la revisión ni autorización del Concejo Deliberante, lo que implica una grave falta institucional. Con ello, Campero incumplió otra promesa electoral y habilitó a la empresa del ex Gobernador y actual senador nacional a violar el Código de Planeamiento Urbano. Con ello también se dio vía libre al negocio más jugoso del Grupo Alperovich, porque esas torres representan el único edificio construido en medio de countries y barrios privados. Se trata de una suerte de rascacielos que le otorga enormes ventajas inmobiliarias para la mencionada empresa.
Adjudicaciones directas
El acuerdo Campero-Alperovich desnuda la adjudicación en forma directa de la construcción de pavimento por una extensión de alrededor de mil metros. Otro de los aspectos que se deben tener en cuenta es el precio establecido para esta compensación. Supera en un 50% las obras adjudicadas de manera directa por la gestión de Mariano Campero, en lo que hace a las acciones denominadas de bacheo, en donde se colocaron algunos recuadros de pavimento con el objetivo de tapar los baches que perjudicaban la circulación de los vehículos.