A Boca le sobraron dos partidos y ya puede dar la vuelta, tras la caída de Banfield: se consagró a la espera del partido contra Olimpo. De la mano de Guillermo, este equipo que sólo perdió tres partidos supo resurgir en los momentos críticos para ganar el título local número 32.Y ya sueña con la Libvertadores 2018.
Y el día llegó, por fin. Otra vez campeón, ¡cantá 32!, los títulos locales. Grita Tevez desde China, celebra Guillermo en el hotel, lo festejan Benedetto, Gago, Barrios en la concentración. Otra vez San Lorenzo hizo lo suyo dándole una gran mano (antes River, ahora contra Banfield) y Boca ya puede dar la vuelta este miércoles en Bahía Blanca, donde hasta lo pueden recibir con el pasillo. Parecía impensado 30 días atrás, pero hasta le sobraron dos partidos…
Este final cómodo tuvo momentos de zozobra justamente en el último mes. Y lo que mostró este equipo, bajo la batuta de Guillermo, es esa personalidad necesaria para capear temporales. Venía al galope camino al título, decayó su nivel, perdió el superclásico, empató con Huracán, dejó puntos pero dijo presente. En partidos como con Newell’s y sobre todo con Independiente, el punto de inflexión en este torneo que sólo se vio amenazado en el último tramo. Pero River, que amenazaba, no sostuvo el ritmo y Boca lo noqueó con triunfos como contra el rojo y Aldosivi.
Hoy Boca grita campeón sin temores ni dudas. Por el primer semestre de la mano de Tevez, en el que hizo gran diferencia. Por el segundo con un brillante Benedetto, el hombre de los goles importantes. Pudo sobreponerse a bajos rendimientos, a golpes duros, a lesiones. Porque le faltó Centurión varias veces, porque hubo afuera por tarjetas, porque ya no estaba Carlitos. Guillermo se animó a cambiar, finalmente, y un Boca más equilibrado/ordenado terminó sacando adelante al equipo. Apareció un batallador como Barrios, Magallán dijo presente, Benedetto la siguió metiendo, Gago sumó con su experiencia… Y la gente bancó la paradas en esos momentos que eran clave, como con Newell’s e Independiente.
No fue un Boca brillante, en este torneo largo: tuvo algunas pinceladas como en el raid final de fin del año pasado, o un partidazo que jugó con Vélez, o la seria presentación contra Independiente, el clásico del gran salto. Fue merecedor del campeonato por sus números, porque sólo perdió tres partidos (Lanús en el arranque y luego sólo Talleres y River), porque ganó nada menos que 17. Y así vuelve a ser campeón, como un año y medio atrás. Y así empieza a armarse para la Libertadores 2018, ésa que tanto quiere jugar. Que de la mano, de los Mellizos…
Fuente: Olé