En un masivo acto en Sarandí presentó su nueva fuerza, Unidad Ciudadana; no confirmó su postulación, pero todos la descuentan; no hizo referencia a su gestión, pero criticó duro a Macri.
os militantes que llenaron el estadio de Arsenal aprovecharon un bache en el discurso para reclamar la definición que habían ido a buscar. “¡Se siente, se siente, Cristina, presidente!”, gritaron a coro. “No confundamos a nadie. Lo que necesitamos es ponerle un límite al Gobierno en las próximas elecciones para que pare el ajuste”, dijo ella, procurando mantener el misterio.
Aunque sin un anuncio sobre su candidatura, Cristina Kirchner lanzó ayer el movimiento Unidad Ciudadana, la plataforma política con la que recorrerá el último tramo de su carrera y con la que se postulará en la decisiva pelea para llegar al Senado por la provincia de Buenos Aires. Porque, pese a que no lo confirmó, el acto operó como un lanzamiento de hecho de su candidatura. Cerca de la ex presidenta nadie lo duda: será candidata.
“Vengo a sumarme como una más, a poner el cuerpo, la cabeza y el corazón”, se limitó a decir, justo antes de que el público le insistiera: “¡Una más y no jodemos más!” Ella sonrió. “Ya tuve todos los honores y todos los cargos. Me tocó ser madre, perder a mi compañero, ser viuda y ser abuela”, respondió después, poniendo de punta los nervios de los más ansiosos.
El reencuentro de la ex presidenta con la militancia estuvo repleto de ese tipo de gestos y medias palabras. Pero dejó también varias definiciones. En tono de campaña y como protagonista excluyente de un acto atípico para el kirchnerismo, la ex presidenta pronunció críticas muy duras al gobierno de Mauricio Macri, se dirigió a sectores perjudicados por la gestión de Cambiemos y convocó a organizar un movimiento que desborde las identidades partidarias tradicionales.
No hubo autocrítica ni reivindicación de su paso por la Casa Rosada. En el escenario ni siquiera habia fotos de Perón, Evita o Néstor Kirchner. La puesta en escena y el el discurso expusieron la estrategia de campaña: el eje debe estar puesto en las penurias del presente y en las esperanzas del futuro, no en la revisión del pasado.
Plebiscito
“Las próximas elecciones son parlamentarias. La sociedad expresa si está o no de acuerdo con el Gobierno”, continuó Cristina, dejando en claro la intención de convertir los comicios en un plebiscito de la gestión de Cambiemos. Apuntó específicamente a la pérdida de empleos, al crecimiento de la inflación, el aumento de tarifas y el endeudamiento externo.
“No dejemos que nos confundan los que quieren hablar del pasado. Claro que tenemos pasado, no nací de un repollo. El problema es que con ellos no tenemos futuro”, disparó, reforzando el eje de su discurso. Por momentos, sólo se oía el zumbido de los drones que filmaban el acto. La escuchaban unas 25.000 personas dentro de la cancha y unas 5000 en la calle, por medio de pantallas gigantes.
Cristina arrancó su discurso en soledad, sobre un escenario despojado y bajo, que se metía entre la gente. Los dirigentes estaban en una platea detrás del escenario, en un marcado segundo plano. Ahí se mezclaron Máximo Kirchner , Daniel Scioli , Aníbal Fernández , ex funcionarios, intendentes, diputados y senadores. Los militantes cumplieron a rajatabla con el pedido para que no haya identificaciones partidarias. Salvo excepciones, el estadio lució cubierto de banderas argentinas.
En el tramo final ella invitó a subir a unas 20 personas de a pie, una suerte de representantes de sectores perjudicados por medidas puntuales del Gobierno. Había, entre otras cosas, discapacitados a los que se les recortaron la pensión, científicos del Conicet que se quedaron sin becas, comerciantes afectados por los aumentos de tarifas y pequeños empresarios acorralados por la caída de la actividad.
Para completar el sentido de la puesta en escena y abrazada a las personas que la rodeaban, Cristina remarcó: “Unidad Ciudadana tiene que representar las voces, los sueños, las necesidades, todos los problemas que hoy tiene la sociedad”. En el remate de la frase pareció aludir a María Eugenia Vidal, principal fugura de Cambiemos en la provincia: “Te podrán guionar los discursos, podés poner carita de buena, a mí no me salió bien nunca, pero esta es la realidad que hay que modificar”.
Aunque evitó mencionar a sus rivales con nombre y apellido también hubo una referencia elíptica a la dirigencia del peronismo. “Muchas veces, por la endogamia de los partidos políticos, los dirigentes terminan sientiéndose más importantes que la sociedad. Quiero ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, los que sufren”, dijo, ya sobre el final.
Fuente: La Nación