Las compañías esperan un incremento de 3% o superior por la devaluación. El consumo viene bien.
El precio de los combustibles subirá en julio, según estiman las petroleras. El tema se abordará durante la semana que viene, y las empresas creen que los importes en los surtidores ya podrían estar subiendo los primeros días de julio. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, habló de un rango de 3% durante la semana pasada, pero las compañías entienden que la fórmula “técnica” que se aplica para el incremento dará un resultado mayor.
A partir de un acuerdo entre el Gobierno nacional y las petroleras, los importes de nafta y gasoil atraviesan revisiones estacionales trimestrales, en las que se conjugan una serie de variables: la cotización del peso frente al dólar, el valor del petróleo crudo (Brent), los costos locales y biocombustibles. En abril, la cuenta arrojó que el gasoil debía bajar un 2,6% y las naftas, un 0,1%.Pero, durante este trimestre, el resultado será diferente porque el dólar -uno de los valores clave para el cálculo- tuvo una depreciación trimestral algo más pronunciada.
Entre enero y abril, el peso se había apreciado un 3% en relación al dólar. El billete estadounidense había pasado de $ 16,10 a comienzos de año a $ 15,60 cuando arrancaba el segundo trimestre. Eso talló para que el importe de los combustibles retrocediera. Pero, en junio, la devaluación del peso frente al dólar ya supera el 5% (ayer estaba a $ 16,45), y -de la misma forma- las empresas calculan que eso se trasladará a los valores en los surtidores.
Todo indica que será el primer aumento de julio, un mes que el Gobierno estimaba como el de menor inflación del año.
En el ministerio de Energía también tienen listos otros números que no ayudarían al incremento, y están vinculados a las distintas cotizaciones del petróleo. El crudo Brent estaba a US$ 53 en abril y ahora se ubica en US$ 45. Las variedades locales vienen estables: el Medanito (de la cuenca neuquina) descendió de US$ 57,2 en abril a US$ 55,7 en estos días y el Escalante (proveniente de cuenca San Jorge) retrocedió de US$ 47,7 a US$ 47,2 por barril.
La fórmula sobre la que se calcula el precio fue anunciada por Aranguren a grandes rasgos, pero sin los detalles como para conocer cuánto incide el dólar en la ecuación. Pero todas las operaciones del sector se realizan en esa moneda, a tipo de cambio oficial.
Además, las empresas tienen que atender a sus redes de estaciones de servicio, cuyos empleados tuvieron aumentos salariales por las paritarias.
A diferencia de otros momentos, un aumento agarraría al sector en una dinámica de mayor consumo. En abril, las petroleras tuvieron una suerte de “primavera”, con un incremento de volúmenes despachados de casi 25% en nafta “premium” y de 26% en el gasoil de mayor calidad.
“El incremento de demanda es muy importante y evidencia que la demanda percibe un precio relativamente inferior a otros bienes; los cuestionados aumentos de precios de 8% de la primera semana de enero no solo no resintieron la demanda, sino que permite un consumo muy superior al de 2016”, puntualizó el consultor Daniel Gerold en un informe al respecto.