El Gobierno logró ahorrar unos 2000 millones de dólares en la construcción de obra pública por la reducción de los sobreprecios que predominaban en el gobierno kirchnerista.

Cifras del Ministerio de Hacienda y del Ministerio de Transporte confirman que el Gobierno logró un ahorro de hasta el 40 por ciento en el proceso de construir rutas en relación a lo que se gastaba durante el kirchnerismo.

Para dar una idea del monto, se trata de la mitad del dinero que se asignó este año en el presupuesto nacional para financiar la Asignación Universal por Hijo (AUH) ($ 60.000 millones), que beneficia a cuatro millones de personas. “El monto ahorrado en un año y medio sólo en licitaciones de Vialidad Nacional equivale a la construcción de 100 kilómetros de autopista nueva o la repavimentación de 1000 kilómetros de rutas”, expresaron desde la cartera que conduce Guillermo Dietrich.

Vialidad Nacional tiene este año un presupuesto asignado de 35.000 millones de pesos.

“La obra pública en la Argentina se hizo cara por sobreprecios y corrupción. Y, a la hora de hacer infraestructura, se siguieron criterios políticos en vez de técnicos en contra del desarrollo de los argentinos. Eso se terminó. Ahora las obras salen un 30 por ciento menos. Con métodos transparentes y con más participación estamos haciendo obras largamente esperadas y necesarias para el crecimiento de todo el país”, dijo Dietrich, ante una consulta de LA NACION.

En tanto, el jefe de asesores de gabinete de Hacienda, Guido Sandleris, expresó que en “la construcción de rutas ahorramos un 40 por ciento; esto implica que entre 2012 y 2015 se pagaron cerca de 1800 millones de dólares de más sólo en estos proyectos”.

Techo Argentina
En 2016, el Ministerio de Transporte de la Nación ahorró $ 32.000 millones “gracias a un manejo más eficiente de los recursos, como la mejora en las licitaciones de toda la cartera”, según la cartera.

Algunos proyectos concretos reflejan este ahorro, a partir de la revisión de los sobrecostos pagados en la cuestionada gestión kirchnerista en esta materia:

En la licitación de la Autopista RN19 San Francisco-Río Primero la gran cantidad de ofertas permitió llevar los precios un 17% por debajo del presupuesto oficial de $ 7430 millones, ahorrando casi $1300 millones. Además, el proyecto anterior para la construcción de esta autopista era de $ 9000 millones, por lo que el Estado ahorró $ 1500 millones adicionales.

En la de la Autopista RN7 Luján-Junín, el mismo mecanismo permitió un ahorro del 8% por debajo del presupuesto oficial de $ 3660 millones de la variante Chacabuco y el tramo Carmen de Areco – Chacabuco.

El tramo de la Ruta Nacional 3 que une Comodoro Rivadavia con Caleta Olivia se había licitado en la gestión anterior por $ 3000 millones, pero nunca concretó. El año pasado, se relicitó con un presupuesto oficial de $ 2069 millones y se adjudicó por $ 1500 millones, es decir que se está realizando la obra por la mitad del precio por la que se había licitado anteriormente.

En la red de accesos a Bahía Blanca hubo un ahorro de 25% sobre el presupuesto oficial de $ 1581 millones. Similar efecto se produjo en las licitaciones de obras de señalización, con ahorros de hasta $ 73 millones.

La cartera de Transporte ejecuta más de 1300 kilómetros de autopistas, asegurando que se trata de “una cifra nunca antes registrada en el país” y con la perspectiva de “construir en cuatro años la misma cantidad de autopistas que se construyeron en los últimos 65 años”.

Una de las claves para el ahorro fue modificar el sistema de licitaciones de Vialidad Nacional que, desde 2016, incentiva una mayor participación de las empresas para promover mayor transparencia.

En este sentido, se unificaron todas las áreas que intervenían en el proceso licitatorio, que en el pasado funcionaban bajo distintas jefaturas y sin coordinación.

También se modernizó el acceso a la información, ya que todos los datos sobre la información sobre licitaciones están disponible en la web de Vialidad Nacional y se implementó un formulario web para consultas anónimas e información y la publicación en la web de cada avance cada avance del proceso licitatorio.

Por otro lado, los pliegos pasaron a ser gratis y se simplificó la elaboración del registro de licitantes. “La venta de los pliegos y el registro de los licitantes, sumado la falta de una visión unificada de los procesos internos, perpetuaron un sistema de contratación con manejos discrecionales, acceso a la información limitado, existencia de acuerdos previos a las licitaciones por parte de los constructores y concentración y arbitrariedad en la toma de decisiones y elecciones de proyectos”, explicaron en Transporte.

Fuente: La Nación

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