Durán Barba

Las enfáticas palabras del asesor “macrista” sobre el convencimiento que debían tener los candidatos no hizo mella en el concepcionense que se resiste a pedir licencia o renunciar a su cargo, como fuera obligado José Cano.

“En estas elecciones y en todo el proceso electoral, ante todo queremos ganar amigos. Sería absurdo que algún candidato, aquí presente, no tenga interés de ser diputado. Si es así, que más bien se vaya, que deje que la gente que quiere ganar ocupe su lugar”, fueron las claras expresiones de Jaime Durán Barba, el asesor preferido del presidente Mauricio Macri, en el encuentro que tuvo con los precandidatos y candidatos a diputados nacionales por “Cambiemos” de todo el país.
Muy cerca, en una primera fila, lo escuchaban con una atención casi extasiada, el líder de la lista tucumana de ese espacio -que en Tucumán tiene la particularidad de contar con ex bussistas-, José Cano, y el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, como representante de los intereses de su mujer, Beatriz Ávila, quien se encontraba en una segunda línea junto al intendente de Concepción y tercer candidato, Roberto Sánchez. Este último observaba al consultor de imagen y asesor político ecuatoriano con idéntica atención, pero no hizo ni el amague de retirarse. ¿Debía haberlo hecho? Posiblemente. Si se tiene en cuenta que hasta el momento sólo demostró que es un relleno en la lista confeccionada por José Cano. Hasta el momento el concepcionense y ex piloto de rally no pidió licencia en su cargo como intendente, lo que genera un gran obstáculo a los líderes de su espacio, porque no pueden acusar a sus adversarios del justicialismo como “testimoniales”. ¿Por qué? Porque no hay más testimonial que la postulación de Sánchez, quien junto con el legislador del PRO, Alberto Colombres Garmendia, no solicitaron la correspondiente licencia a sus cargos, demostrando de esa manera el respeto por el funcionamiento democrático y las instituciones.
En ese sentido, los oficialistas fueron más prácticos. Osvaldo Jaldo, en su cargo de vicegobernador o presidente de la Cámara Legislativa, se encuentra de licencia. En idéntica condición están las legisladoras Gladys Medina y Sandra Mendoza. Todos ellos se encuentran en esa condición sin gozar de sus haberes. También rápido de reflejos, Jaldo echó por tierra las acusaciones de que no asumirá en su cargo y señaló que lo iba a dejar sentado ante escribano.

Renuncia solicitada
Para dar un tardío golpe de efecto, Cano quiso que su alejamiento del Plan Belgrano le jugara a favor, pero los cuestionamientos periodísticos de Eduardo Feinmann, pusieran al descubierto que fue el propio presidente Mauricio Macri, quien a través de su jefe de gabinete, Marcos Peña, le solicitó la renuncia a Cano para que sea reemplazado por el chaqueño Carlos Vignolo. Cano trató de desvirtuar la versión, pero la pasó peor en el programa “Animales Sueltos”, que se transmite por América y que conduce Alejandro Fantino (ver información en páginas 8 y 9).

Salieron a la cancha
Con la certeza de llevar agua para su molino en cualquiera de los escenarios que se presente como resultado electoral, el “lord mayor” Germán Alfaro sale en cuanto momento puede a bancar la candidatura de Cano y lo muestra como un líder, al punto que recientemente, en una reunión en la que copió la organización de aquel encuentro con Durán Barba en Buenos Aires, señaló que el próximo gobernador será el radical. Sin embargo, esa sería una estrategia de desgaste, debido a que si hay buenos resultados, Alfaro saldrá a decir que fue por el apoyo que tuvo desde la Capital tucumana. Si es desfavorable, el culpable será el retirado ex titular del Plan Belgrano, lo que le dejará abierto el camino para sus apetencias electorales en 2019. Otra que reapareció con fuerza fue la senadora nacional Silvia Elías de Pérez, aunque para la realización de denuncias relacionadas con supuestos hechos de corrupción. Sin embargo, nada dice la parlamentaria nacional en defensa de Cano, ante la imputación por supuestos negociados en Corea y los errores cometidos con carteles. Cada cual atiende su juego y mira de reojo un sillón de liderazgo que dice: “vacante”.

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