Kirchneristas saludan a Julio De Viso esta tarde en la Cámara de Diputados, donde se debate el proyecto de expulsión del ex ministro K. Foto: Pedro Lázaro Fernández

El oficialismo admite que no cuenra con el voto de los dos tercios necesarios para que se apruebe su proyecto. El ex ministro K conseguía el apoyo del Movimiento Evita y otros sectores peronistas, además de la izquierda.

Dos debates tienen lugar en paralelo en el Congreso. En el recinto, los diputados exponen los argumentos por los que apoyarán, o no, el proyecto del oficialismo para la expulsión por “indignidad moral” del ex ministro de Planificación, Julio De Vido; mientras en los despachos la discusión gira en torno a los votos con los que cada bloque contará a la hora de la decisión final.

Después de numerosos cruces entre los legisladores por otros temas, recién pasadas las 13 –la sesión fue convocada a las 11- comenzó el debate por el caso De Vido, que también fue regada de fuertes contrapuntos. El debate seguía esta tarde y se prolongaría hasta altas horas de la noche.

El diputado del PRO, Pablo Tonelli, explicó los motivos del oficialismo para pedir la expulsión. “Desde nuestro punta de vista la causa para la exclusión de De Vido es la indignidad, es el responsable político de grandes desaguisados cometidos desde el Ministerio de Planificación, que han causado enormes perjuicios al Estado y a los argentinos”, desarrolló Tonelli, y aseguró que la situación tiene su correlato “en las causas penales: está involucrado más de 100 causas, imputado en 26 y procesado en cinco”. “Son pocos los delitos del código penal que quedan afuera de las acusaciones que se le han hecho al diputado”, concluyó.

A su turno, De Vido, quien fue uno de los que llegó más temprano al recinto, hizo uso de la palabra para defenderse. “Buscan destituirme y destruirme en lo personal y eso no lo van a lograr”, indicó y dijo ser “blanco de un plan sistemático de marketing,escrito con precisión en libros del asesor extranjero de Mauricio Macri”.

En ese sentido, aseguró: “Desde el lugar en que tenga que estar seguiré batallando contra este programa neoliberal, ese plan de destrucción con el que nos persiguen”. Sobre su rol durante el gobierno kirchnerista, afirmó: “Soy responsable de todo lo que hicimos en estos años, todo lo que proyectamos y construimos para la Argentina. Ese es el motivo por el que fui votado para representar al pueblo de Buenos Aires”.

Fue aplaudido y abrazado por sus compañeros de bloque que abandonaron el recinto tras él, justo en el momento que tenía el uso para la palabra su mayor denunciante: la diputada Elisa Carrió.

Para diferenciarse del “oportunismo político” que señalan los defensores de De Vido, Lilita comenzó diciendo: “Vengo a acusar como lo hago en forma reiterada. Mi primera denuncia fue en octubre de 2003 en este recinto cuando se le entregó los plenos poderes a De Vido y dije que con esto empezaba la matriz de saqueo de la Nación”. Por eso, aclaró: “Esto no es electoral para mí. Yo recé durante años que el más corrupto de la historia llamado De Vido y Néstor Kirchner, que Dios lo tenga en su gloria,yo esperaba este momento para denunciar este saqueogracias por darme esta oportunidad“, señaló profética Carrió.

Tras reconocerle a De Vido “la obediencia debida al ex Presidente Kirchner” y recalcar que era “el cajero”, concluyó: “Yo acuso y pido la exclusión del señor De Vido por infame traidor a la patria en los términos del artículo 36 de la Constitución Nacional”.

Por su parte, el cálculo de cantidad de votos mantiene ocupado a los bloques, por la falta de definición de varios diputados. Incluso desde el comienzo de la jornada se corrió el rumor de que se llamara a un cuarto intermedio.

El entusiasmo que tuvo el oficialismo en el inicio de sesión, fue perdiendo peso con el correr de la tarde. Al momento, desde la oposición se consideraba que De Vido tendría asegurado más de 90 votos. “Si es así no hay forma de expulsarlo”, indicaban desde el oficialismo, ya que para aprobar la expulsión se requiere el voto de los dos tercios de los presentes y con asistencia perfecta -algo que no sucede en la sesión, por varias ausencias- con 86 diputados se traba esa posibilidad.

De los 73 diputados del FpV y sus aliados, hay 69 confirmados. Los otros cuatro están ausentes: el misionero Daniel Di Stefano y Luis María Bardeggia, de Río Negro ( ambos por motivos políticos), más el bonaerense Luis Cigogna y la santafesina, Josefina González, por problemas de salud.

A ellos se sumarán en la ayuda para salvar al ex ministro K el rechazo a la expulsión los cinco diputados del Movimiento Evita, tres que responden a los hermanos Rodríguez Saá y los cuatro del Frente de Izquierda. De ese sector, al menos dos votarán en contra de la expulsión y uno se abstendría, si es que la Cámara habilita esa opción.

A su vez, el oficialismo (86 votos), que cuenta con el apoyo del massismo (36) y de la centroizquierda (GEN, socialismo y Libres del Sur, siete votos) para avanzar con su proyecto, sumá sólo a una parte del bloque Justicialista que lideran Diego Bossio y el sindicalista Oscar Romero, que aún no se pronunció.

En el massismo se registraban las ausencia de Marco Lavagna (se encuentra en el Norte) y de Facundo Moyano, que no emitió opinión sobre el caso De Vido.

Es escándalo tiñó la jornada desde su inicio. Después de numerosas cuestiones de privilegio, hubo un fuerte cruce entre la diputada del Frente Renovador, Graciela Camaño, y la oficialista Silvia Lospennato, por un supuesto mail que se filtró del massismo. El Frente Renovador plantea iniciar acciones legales por ese tema.

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