Un sondeo de la Gobernación da a Cristina primera. Preparan un acto en Bahía Blanca con Macri, Vidal y Carrió.
“Estamos abajo. Te diría que técnicamente es un empate, pero estamos uno o dos puntos abajo de Cristina”, dice sin levantar la voz y con gesto de desencanto uno de los hombres clave de la campaña bonaerense que lleva varios días trasladándose del Conurbano al interior de la provincia y viceversa. Lo dice después de haber visto una encuesta reservada que encargó la gobernación y a la que pocos tienen acceso. En la Casa Rosada sobrevuela un optimismo mayor al que se respira en el entorno de María Eugenia Vidal. En los despachos más influyentes creen que la campaña aún es fría y apática y que es un error detenerse en la intención de votos que hoy tienen los candidatos, aunque aguardan, para dentro de algunos días, un amplio sondeo que les advierta sobre cómo marcha el humor popular y cuáles son los pisos y los techos de los principales protagonistas. No hay, por ahora, ningún signo fáctico e irrefutable para afirmar que Cristina Kirchner se alzará con una victoria en la provincia de Buenos Aires. Tampoco para asegurar lo contrario. No es, desde ya, el panorama que avizoraba la administración macrista hace algunos meses.
“Eso es lo que desata la histeria de muchos de nosotros. Siempre trabajamos con el horizonte de que a esta altura la recuperación económica iba a ser notoria y que la elección iba a ser un trámite, pero en este momento nadie puede garantizar el triunfo en la Provincia”, confía uno de los actores clave del armado de Cambiemos. Eso provoca que muchos saquen cuentas y que otros, tímidamente, comiencen a desandar el relato para el día después de la elección. Por las dudas. No hay forma de que el oficialismo pierda en el recuento nacional porque no hay otra fuerza que se presente en todas las provincias con el mismo sello. Por ahí habrá que buscar el tono de los discursos para la noche del 13 de agosto.
En Cambiemos advierten que, si se pierde en Provincia, no será por mucho y que la batalla final se librará en octubre. Pero ese escenario no puede insinuarse en ninguna mesa a la que se sientan Macri y Vidal. “Yo quiero ganar ahora. No me hablen de octubre”, se enfurece la gobernadora. El Presidente es categórico: si gana Cristina las inversiones que negocia en el exterior, con las que promete un despegue económico, se harán cuesta arriba. Lo habla seguido con embajadores y con presidentes del primer mundo.
Aun así, Macri es el que menos aparece atravesado por esa excitación nerviosa que padece un sector de su equipo. Los que tienen mayor experiencia de caminar junto a él en las campañas sostienen que se debe a que aún no está en marcha la maquinaria electoral que guía Jaime Durán Barba. Confían en un trayecto de menor a mayor. Exhiben este dato: Esteban Bullrich presenta, a dos semanas de las PASO, un 40 por ciento de desconocimiento. Cristina y Sergio Massa, sus principales rivales, tienen el cien por ciento y Margarita Stolbizer, que durante años caminó el territorio, acumula el 95%. Eso explica por qué Vidal va con el ex ministro de Educación a los programas de TV. Desde los ciclos políticos hasta el de Beto Casella en canal 9. “Esto es lo que Cristina no puede hacer. Ella está escondida”, se le oyó a Vidal cuando salía de uno de los estudios.
Recorrida. Macri y Vidal, el viernes en Tandil, donde visitaron una fábrica de chacinados.
No es el único dato que sobrevuela en el búnker oficialista. Un 20 por ciento todavía no decidió su voto. Eso, afirman, hace imposible predecir el resultado. Se trata de una porción importantísima porque abarca a quienes no integran el núcleo duro del macrismo y tampoco el del kirchnerismo. Son los que verdaderamente podrían inclinar la balanza para uno u otro lado. Inquieta ese panorama pero mucho más inquietan los motivos de la indecisión: cuando los encuestadores quieren saber por qué no decidieron, aparecen respuestas muy disímiles. Desde “no me importan las eleciones” hasta “lo voy a definir el último día”, pasando por “no sé qué se vota” o “no te lo voy a decir”.
Otra cuestión que no terminan de descifrar en los laboratorios macristas es por qué, cuando se miden las boletas Bullrich-Ocaña vs. Cristina-Vallejos a Cambiemos le va mejor que cuando se mide sólo Cristina vs. Bullrich. Sí tienen claro, en cambio, que la economía no es un tema que pueda originar un salto de votantes propios al kirchnerismo. Tampoco a la inversa. Por más que el macrismo apele a su lucha contra la corrupción y las mafias no hay votantes del cristinismo que puedan saltar a Cambiemos.
Los candidatos del oficialismo saldrán a la pesca en el mar de votantes de Sergio Massa. Pero no machacarán sobre el diputado. Ven en 1País una campaña errática. “Si Sergio estuviese bien perfilado nuestro problema sería mayor. Pero está enojado, habla desde un atril, todo lo que la gente no quiere ver”, cuenta uno de los armadores nacionales.
El riesgo para el oficialismo, en medio de una elección reñida, es que Cristina logre conquistar a parte del electorado que hoy se inclina por Florencio Randazzo. Esos son sus votos posibles para ilusionarse en serio con un triunfo. Los encuestadores también detectaron que la ex presidenta podría aspirar, aunque en menor medida, a robarle votos al Frente de Izquierda, que reúne un porcentaje interesante de intención de votos. Cristina tendría un océano que va del 5 al10 por ciento del padrón para sumar adeptos. Aunque cada voto le cuesta muchísimo.
¿Guarda el oficialismo alguna sorpresa para el tramo final de la campaña? “No. No tenemos ninguna bala de plata. No creemos en eso”, reconocen en la Casa Rosada. Ya lo dijo el mismo Macri en una reunión en la intimidad de Olivos:“¿Pero qué quieren que haga? ¿Que me suba a un avión y tire guita en el Conurbano? Eso yo no lo voy a hacer”.
El plan es transmitir que el país está en un proceso de recuperación y que las dificultades que se atraviesan “sólo se pueden superar con un equipo” y no “con opciones del pasado”. Vidal se instalará en el Conurbano y reforzará sus apariciones en TV junto a Bullrich, Ocaña, Gladys González, Guillermo Montenegro y “Toty” Flores. Y Macri desembarcará en el interior. Para el próximo viernes habrá una apuesta fuerte en Bahía Blanca: para un mismo acto viajarán Macri, Vidal, todos los candidatos y una invitada que por estas horas cotiza en alza: Elisa Carrió. Lo que se dice, toda la carne al asador.