Cristian Pavón metió el 1-0 ante Villarreal en la Bombonera. Los hinchas celebraron el título y se ilusionan.
El rival y el contexto ameritaban el marco que los hinchas de Boca armaron en la Bombonera. Es que el equipo de Guillermo Barros Schelotto volvía a su casa después del título obtenido en el campeonato local. Y enfrente estaba un equipo de jerarquía internacional como Villarreal, que finalizó quinto en el último certamen de la Liga.
Fue un sólido triunfo de Boca 1-0. Y el festejo, de yapa, llegó producto de una obra de arte. Un gol de toda la cancha, desde los pies del arquero Rossi hasta la definición de Pavón,pasando por pinceladas clave de Cardona y de Gago. De esta manera, el equipo de los Mellizos continúa la puesta a punta con una sonrisa y festejó el campeonato ante su gente mientras se prepara para los nuevos desafíos.
Tras el empate ante Nacional de Uruguay el sábado en Ciudad del Este (Boca se quedó con la victoria por penales), este segundo amistoso permitió ver un equipo mucho más parecido al ideal que tienen los Mellizos.
Con el estreno de Edwin Cardona como titular y con la número 10. Además del colombiano, Schelotto utilizó otras de sus cartas más fuertes: Fernando Gago, Wilmar Barrios y Pablo Pérez formaron el mediocampo que asoma como titular. Y arriba apareció Cristian Pavón. El que no pudo jugar fue Darío Benedetto, que sufrió una molestia de último momento, y fue reemplazado por Walter Bou.
Otro de los ausentes fue Goltz, que arrastra una molestia muscular y el DT no quiso arriesgarlo (en los últimos días estuvo haciendo kinesiología). En el arco, en tanto, volvió Agustín Rossi, en reemplazo de Guillermo Sara, que se había destacado en el primer amistoso.
El primer tiempo mostró a un equipo español muy suelto y manejado desde la zurda de Samuel Castillejo, un clásico enganche que arrancaba desde la derecha y a pura gambeta iba tirando la diagonal hacia el medio. Así, el 10 de Villarreal se hacía dueño del juego.
Fernando Gago fue la figura del partido. MARCELO CARROLL
Del lado de Boca lo más interesante se veía cuando Cardonatomaba la pelota y tenía espacios para encarar hacia adelante. El colombiano apareció en cuentagotas: primero como puntero izquierdo y más tarde Guillermo lo hizo rotar con Pavón y lo cambió de punta.
La más clara del primer tiempo fue para Villarreal con un centro cruzado de izquierda al medio que logró despejar Lisandro Magallán sobre la línea cuando el congoleño Cédric Bakambu se preparaba para empujarla al gol.
Pero el segundo tiempo fue otro partido. Boca salió con otra postura, se plantó bien arriba, fue a presionar alto con Pablo Pérez y Gago y empezó a recuperar la pelota mucho más cerca del área rival.
El 1-0 fue una obra de arte: 19 pases en fila, desde los pies de Agustín Rossi hasta el derechazo cruzado de Pavón al gol. Una sucesión de toques con Gago como eje y Cardona flotando en tres cuartos de cancha. Todo se coronó con una doble pared entre Pintita y Pavón, que entró por la punta derecha del área y la clavó abajo, cruzado. ¿Habrá sido el último grito del delantero en Boca?
El gol fue el premio al cambio de actitud que mostró Boca para el complemento. Y desde el 1-0 empezó a jugar más suelto, con autoridad. Con Gago como pieza fundamental para la salida limpia y el pase justo.
El Mellizo movió el banco: Junior Benítez y Cristian Espinoza tuvieron sus minutos para refrescar el ataque y Carmona se ganó los primeros aplausos de los hinchas en la Bombonera.
El único lunar de una noche de fiesta fue el penal que falló Fernando Gago: su remate suave fue a las manos de Andrés Fernández que voló levemente hacia su derecha.
Más allá de eso, Boca superó una prueba exigente y lo hizo con autoridad, tras un primer tiempo dubitativo y un complemento con brillo y pinceladas que ilusionan.
La historia entre Boca y el Villarreal está íntimamente