Las políticas de ofertas y descuentos que suelen ofrecer las grandes cadenas comerciales y también las entidades financieras, a través de sus tarjetas de débito y crédito, siguen si seducir a los consumidores, no ya como herramienta para vender más, sino para revertir más de un año con receso de la demanda real.
Así surgió de la Encuesta de Supermercados del Indec, correspondiente a junio, donde el relevamiento a 61 empresas distribuidas en todo el territorio nacional, con un total de 2.393 puntos de atención al público, sumó ventas por $27.726,1 millones, que representa un aumento nominal de 20,3% respecto al mismo mes del año anterior.
Pero cuando se saca el efecto de la inflación, el organismo oficial de estadística estimó una nueva contracción en términos reales, ahora de 1,2%, luego de una baja de 2,5% en mayo.
A nivel regional la mayor contracción real de las ventas se registró en junio en Santa Fe, Tucumán, y en otras provincias del centro y oeste del país, ya que las subas nominales apenas alcanzaron de 11% a 12 por ciento.
En el acumulado de los seis primeros meses del año 2017, las ventas en supermercados registraron un total de $159.134 millones, lo que representó un incremento nominal de 20,2%, pero en valores reales significó un receso de 6,8 por ciento.
En tanto que el agregado de las operaciones en los shoppings fue de ingresos por ventas por $26.351 millones, 12,8% más que en similar período del año anterior en valores nominales; y un 6% en cantidades.
Si bien se trata de dos sectores con alta captación de consumidores, se destaca del lado de las ramas de la producción, como incluso de la lectura de la variación de la recaudación de impuestos, que el consumo global de las familias habría declinado con tasas notablemente menores, cuando se agregan las ventas del conjunto de los canales mayoristas que también trabajan con el público, las tiendas de proximidad, supermercados chinos, y puestos en ferias barriales.