Ante los fiscales, dos encapuchados dijeron que el joven fue llevado por la Gendarmería Nacional; se esperan para la próxima semana los resultados de las pruebas de ADN.
Las dos causas en la Justicia Federal que investigan qué ocurrió con Santiago Maldonado esperan los resultados de pericias claves para avanzar o rechazar las imputaciones a la Gendarmería.
La fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, que maneja la hipótesis de la desaparición forzada de Maldonado, secuestró las computadoras y los celulares personales de los 65 gendarmes (9 de Esquel, 44 de El Bolsón, y 12 de José de San Martín) que el 1° de agosto participaron, en distintos momentos del procedimiento en laPu Lof de la comunidad mapuche. Aunque fueron sólo 31 efectivos los que ingresaron al predio, cerca de las 11.30, bajo las órdenes del segundo jefe del escuadrón de Esquel, Juan Pablo Escola, el único alto mando presente durante los disturbios y la persecución de los encapuchados.
El jefe del operativo y de la agrupación de Gendarmería en Chubut, Diego Balari, y el jefe del escuadrón de Esquel, Pablo Badié, arribaron al predio recién a las 16, cuando todo había concluido, según consta en la causa. Mientras que Fabián Méndez, jefe de escuadrón de El Bolsón, ingresó al predio una hora después.
La información que se obtenga del entrecruzamiento de datos encauzará la pesquisa, cuyo único elemento probatorio de peso hasta el momento son los dichos de una testigo reservada. La mujer mapuche declaró que llevó a Santiago en su auto a la Lof del departamento de Cushamen el día anterior en que la fuerza repelió con balas antitumulto las pedradas de entre ocho y 10 encapuchados que agredían a los gendarmes e intentaban un nuevo corte en la ruta 40. Declaró que no vio que fuera detenido por Gendarmería, sólo que agarró su mochila y huyó en dirección al río Chubut.
Otros dos testimonios, aportados por mapuches encapuchados, sin DNI, fuera de una sede judicial y sin posibilidad a las repreguntas -los que aseguran que Maldonado fue apresado a orillas del río y subido a una Unimog y luego trasladado a una camioneta en la ruta- no gravitan como pruebas en sendos expedientes. Esos testimonios fueron obtenidos mediante grabaciones en audio en la Lof por parte de fiscales de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), y adjuntados como elementos informales, carentes de validez jurídica, según fuentes de la investigación.
Según consta en ambas causas, tras las lesiones graves sufridas por dos gendarmes a las 11.30 del 1° de agosto, la fuerza actuó de oficio, amparada en el art. 183 del Código Procesal Penal, que obliga a hacer cesar delitos en flagrancia.
En la causa de hábeas corpus, que instruye el juez federal de Esquel, la principal hipótesis por la desaparición de Maldonado le apunta a esa fuerza, aunque no está acreditada la presencia indubitable de Maldonado en el predio.
Hay suspicacias, según las fuentes consultadas, por la información parcial brindada en un primer momento acerca de los efectivos y móviles que actuaron en la Lof (comunidad). Ahora está acreditado que fueron en total dos camionetas Ford Ranger, dos Amarok y un camión Eurocargo. También existen cuestionamientos por las cinco horas que los efectivos permanecieron dentro del predio. Allí secuestraron cuchillos, bombas molotov, hachas, celulares, una motosierra, una hoz, elementos cortopunzantes, un manual de guerra, y documentos de ciudadanos chilenos. El registro de esas actuaciones y las consultas al juez Otranto sobre cómo proceder ante la presencia de dos mujeres mapuches demoradas en las inmediaciones de la Lof ralentizó ese proceso, según fuentes de la investigación, ya que una vez arribados los jefes al lugar, debieron desplazarse varios kilómetros para encontrar señal y comunicarse con el juez.
A la espera de las pruebas
Mientras se esperan los resultados de los cotejos genéticos con los elementos recogidos en los móviles -cabellos, una soga y una mancha presunta de sangre- que podrían esclarecer si Maldonado fue arrestado, está acreditado que desde la comunidad se plantó evidencia: entregaron tres prendas que corresponden a tres personas diferentes para seguir los rastros de Maldonado en el predio.
Durante el rastrillaje en la Lof, la reconstrucción de los hechos demostró que desde la hondonada, a metros del río, donde supuestamente fue capturado Maldonado no se llega a divisar el cruce entre la ruta 40 y ex 40, punto donde según los testimonios informales habría sido traspasado de un vehículo a otro Maldonado, una vez capturado.
Tampoco está acreditada la presencia del Unimog, supuestamente estacionada de culata a metros de río Chubut, y donde habría sido introducido el joven apenas apresado. Sólo constan registros fotográficos de un camión Eurocargo y de dos camionetas blancas del escuadrón 36 de Esquel apenas se ingresa al predio, a una distancia de unos 400 metros del río. También existe una filmación que muestra el ingreso de los gendarmes, donde el Unimog permanece estacionado fuera del predio ocupado por mapuches.
Otros elementos discordantes los aportó Ariel Mariotto Garzi, amigo de El Bolsón de Maldonado y procesado en una causa anterior por la interrupción de las vías de La Trochita dentro de ese predio, que aportó un buzo azul que no pertenecía al joven. Mariotto Garzi también declaró que lo llamó a su celular chileno el 2 de agosto, y que alguien atendió la llamada sin hablar durante 22 segundos, en las que se escuchaban pasos como en un recinto cerrado.
Al rastrear esa llamada, los investigadores concluyeron que esa comunicación no fue atendida y no registró en esa fecha.
“Hay relatos que no pueden sostenerse y que se van acomodando de acuerdo a cómo se van conociendo las pruebas”, graficaron fuentes de la investigación, que además desmintieron en forma categórica que las camionetas secuestradas al comienzo de la investigación hayan sido lavadas o sus fajas vulneradas.
Según las mismas fuentes, la próxima semana se conocerán los estudios preliminares de ADN y se convocará a nuevos testigos que aseguraron en distintos medios de comunicación, que vieron a Maldonado entre el 27 y 29 de julio en El Bolsón.