Milagro Sala fue trasladada de la cárcel a su casa en dique La Ciénaga y ya comenzó a cumplir la prisión domiciliaria que le dictó la Justicia. Estuvo acompañada por la policía de Jujuy y personal del juzgado. La maniobra fue de manera sorpresiva –como estaba pensado– y sucedió mientras dentro de la casa estaban la hija de Sala y miembros de la Tupac Amaru haciendo refacciones.
Aún faltaba hacer trabajos a la vivienda, como colocar un alambrado, cámaras y garitas de seguridad, en donde se colocarán agentes de Gendarmería y policía jujeña.
La casa donde fue trasladada, ubicada en el loteo Villa Parque La Ciénaga, del departamento de El Carmen, había sido saqueada poco tiempo después de su detención en enero del 2016, por lo que no estaba en condiciones de ser habitada.
El fallo de Puller Llermanos que benefició a Sala con la prisión domiciliaria estableció que en caso de que se acondicionara la vivienda, “el cumplimiento de la medida se realizará de inmediato al momento en que el magistrado constate la finalización de tales tareas”.
Ante la medida dictada por ambos magistrados para autorizar el traslado de la diputada electa del Parlasur, cooperativistas de la Tupac Amaru aceleraron la obra de reacondicionamiento del inmueble, a partir de aportes recibidos a través de una campaña de recaudación de fondos realizada por el Comité por la Libertad de Milagro Sala en todo el país.
Durante su permanencia en dicha vivienda, la dirigente jujeña tendrá restricción perimetral con custodia de Gendarmería y monitoreo a través de una tobillera electrónica.
La prisión domiciliaria de Sala se empezó a gestar cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó una medida cautelar a su favor. Luego, el juez de control 3 de Jujuy, Gastón Mercau, le otorgó el beneficio, que finalmente fue ratificado por Llermanos, previa inspección del inmueble.