“El caso pasó a ser una cuestión de Estado”, describió ayer un funcionario que tiene trato cotidiano con el Presidente. ¿Se decidirá Macri a llamar a la familia del joven para expresarle solidaridad y decirle que están trabajando para saber dónde está? No faltó quien lo sugiriera en las reuniones en Olivos, pero habría primado la idea de no politizar la causa todavía más: en el macrismo suponen que el kirchnerismo buscará apropiarse de la discusión y que intentará abrazarse a ella todo el tiempo que pueda. “Si es hasta las elecciones, e incluso si pueden instalarlo como un tema de campaña, no dudamos de que lo van a hacer”, afirman quienes trabajan en el diseño electoral. Al frente de la movida, dicen, está la propia Cristina Kirchner.
Con sus primeras declaraciones públicas y con los gestos que exhibió en privado, Mauricio Macri dejó entrever que la causa está hoy al tope de sus prioridades. “Estoy preocupado y ocupándome todos los días”, dijo por la mañana en un breve contacto con los periodistas. El fin de semana permaneció en contacto permanente con Bullrich -para quien sigue sin haber indicios firmes para pensar en que a Maldonado se lo llevaron los gendarmes-, y ayer se reunió con ella para repensar la estrategia oficial junto al ministro de Justicia, Germán Garavano y al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. En esa reunión se acordó que Avruj y el secretario de Justicia, Santiago Otamendi, viajen a Esquel a reunirse con el juez federal Guido Otranto. Le ofrecerán “todo los recursos del Estado” para colaborar en la investigación.

Fuente: Clarín

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