El vocero papal dijo que “no está previsto que el pontífice viaje a su país” el año próximo.
Confirmado: pese a las especulaciones, las expectativas y trascendidos de los últimos días, el papa Francisco no viajará a la Argentina el año que viene.
“El Papa no va a ir a la Argentina en el 2018, no está previsto que viaje a su país el año próximo”, aseguró el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede y vocero papal, Greg Burke.
Burke recordó que la agenda de viajes del Papa para el año que viene incluye Chile y Perú, en enero, e Irlanda para el Encuentro Mundial de Familias, en julio, y aseguró que “no está prevista la Argentina”.
Además, recordó el videomensaje que envió el Papa a los argentinos a fines de septiembre de 2016, en el que anunció que no iba a poder ir a su patria al año siguiente. En este mensaje, Francisco reiteró el afecto por su país: “para mí el pueblo argentino es mi pueblo, ustedes son importantes, yo sigo siendo argentino, yo todavía viajo con pasaporte argentino”. Pero también pidió a sus compatriotas que se pusieran “la patria al hombro” y trabajar para lograr “esa cultura del encuentro que supera todas estas culturas del descarte que hoy en el mundo se ofrecen por todas partes”.
Hace unos días el arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, al margen de una conferencia para la presentación de la peregrinación a Luján, había dicho que “estamos próximos” a una visita del papa Francisco. Además, había hablado con sentido del humor de la inmensa expecativa que rodea esta visita. “Así como la Santísima Trinidad es un gran misterio, también lo es saber cuándo viene el Papa. A todos lados que vamos nos preguntan por su visita”, bromeó el cardenal.
“Los obispos argentinos lo hemos invitado cinco veces por carta y personalmente”, recordó Poli, que agregó: “Me parece que estamos próximos a esta visita y esta tensión va a terminar bien”.
También el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, que estuvo con Francisco durante su viaje a Colombia, había alimentado las expectativas. “No hay una agenda preparada pero yo me animaría a decir que está cerca. Dios quiera que sea el próximo año”, había dicho, al regresar de Bogotá. “Él quiere venir pero el momento forma parte de su silencio y hay que respetarlo. Tiene una agenda muy cargada internacionalmente. Tal vez por ser tan cercano tenga esa libertad de decirnos «espérenme»”, agregó.
Excesiva polarización
En una entrevista que concedió en agosto último al diario La Voz del Interior , el arzobispo Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina, intentó dar una explicación del por qué se demora la visita del Papa a su tierra. “Es que algunas de las cosas que él dice, algunas de sus preocupaciones, son malinterpretadas. Argentina está pasando por un momento de excesiva polarización y crispación, y se teme que su presencia pueda ser utilizada para exacerbar aún más esta división”, dijo Fernández, apodado por sus amigo “el Tucho” y prelado más que cercano al Papa.
Coincidió el sacerdote jesuita José Luis Narvaja, sobrino de Francisco, que en una entrevista con Infobae a mediados de agosto, consideró que “una visita a la Argentina en un momento en que tratarían de usarlo como un sostenedor de una de las partes, eso no le interesa al Papa, porque eso destruiría su propósito político de unidad”.
Aunque el Papa no viajará a la Argentina en 2018, sí visitará el país en noviembre próximo su “canciller”, el arzobispo Paul Gallagher, que fue invitado por la ex canciller Susana Malcorra a principios de años, según pudo confirmar LA NACION de fuentes del Vaticano.