Le rescindirá la concesión de una autopista, al considerar que retuvo una tasa vial que se cobra a los vehículos en los peajes y que el empresario no transfirió al Estado.

El Gobierno está por asestar otro golpe a Cristóbal López . En los próximos diez días, el empresario dueño de los casinos recibirá una comunicación. Allí, Vialidad Nacional le notificará que una de sus empresas ya no es más concesionaria de la autopista Ezeiza-Cañuelas, uno de los accesos a la ciudad de Buenos Aires.

Empezará entonces una disputa judicial para cobrarle a la compañía vial una tasa que se colecta cada vez que un vehículo pasa por la barrera, pero que el patagónico retuvo y no depositó en cuentas oficiales. Por este concepto, Validad Nacional le reclamará alrededor de $ 700 millones a la concesionaria. Además, ya se presentó al menos una causa penal en el fuero federal en la que se detallaron incumplimientos graves.

“Es inminente”, contestó una alta fuente del Ministerio de Transporte al ser consultada respecto de la decisión de continuidad o no del zar del juego. López se quedará sin el manejo de la autopista. Será dentro de alrededor de 10 días hábiles, cuando se cumplan ciertos plazos que el trámite administrativo requiere.

En Vialidad, organismo encargado del control de las rutas que tienen peaje, desde hace meses que trabajan para terminar con la relación contractual. Abogados y técnicos, conocedores de la contraparte, saben que el destino de esta decisión será la judicialización del caso. Entonces se cuidaron de que cada paso administrativo esté firme. “Hay que preparar la contingencia”, dicen.

Cuando el contrato se interrumpa entrará en escena Corredores Viales SA, empresa estatal recientemente creada que tiene dos socios: el Ministerio de Transporte y Vialidad Nacional. La polémica que se instaló por la publicación oficial se debe, entre otras cosas, al objeto amplio de la sociedad. En el Gobierno dicen que solamente es un vehículo para mantener a los empleados y manejar la operación hasta que se termine un proceso de llamado a participación público-privada en los corredores viales actuales, que, según el cálculo del Gobierno, sería a mediados del año que viene.

sabe la tierra
Según los planes de Vialidad, la autopista Ezeiza-Cañuelas, que también tiene la autopista Ricchieri desde la General Paz, pasaría a integrar un corredor más amplio con la ruta que va desde Monte hasta Azul. Así tendría el tráfico suficiente como para ser atractiva para el sistema de PPP, un esquema que intenta que sean los privados los que pongan el dinero de las obras y que se cobren con el peaje y con una compensación del fondo del gasoil.

El reclamo por los $ 700 millones será gran parte del conflicto entre López y Vialidad. El origen está en el fondo Recaudación de Afectación Específica (RAE). Se trata de un valor incluido en el precio del peaje. Quien lo cobra debe depositarlo en una cuenta oficial. Es decir, es un mero agente de cobro. El esquema, al menos teórico, es que ese dinero regrese a la concesión en forma de obras en la traza.

Algo similar a este esquema se aplica a los combustibles: por cada litro que se vende, las estaciones de servicio recaudan el impuesto a la transferencia de combustibles (ITC), que luego deben depositar en la AFIP. En marzo de 2016, LA NACION reveló que la petrolera Oil, propiedad de Cristóbal López, no ingresó el aporte, por lo cual el organismo recaudador le reclamaba $ 8000 millones.

En el Gobierno dicen que Aecsa, que controla el corredor Autopistas al Sur, debe al Estado unos $ 700 millones. En la compañía reconocen que lo retienen, pero dicen que es por el atraso tarifario.

Fuente: La Nación

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