“Adoctrinaban a los niños que estaban con ellos para que lanzaran pedazos de ladrillos contra el busto de San Martín, que habían sacado de su pedestal en la entrada de la municipalidad. Les decían que era la primera persona que había permitido al llegada de extranjeros y colonizadores; era algo increíble las cosas que decían…”
Este es el relato que hizo Bruno Helrriegel, secretario de Desarrollo de Políticas Públicas de El Bolsón, y testigo de los incidentes ya que se encontraba en el interior de la Municipalidad cuando, el viernes pasado, un grupo de veinte manifestantes vino a tomar el edificio en supuesta protesta por la muerte, ahora confirmada, de Santiago Maldonado.
El ataque al busto de San Martín, una estatua donada al municipio por un artista local hace ya varios años, no fue un daño colateral sino una agresión deliberada. Se trató de la culminación de otra serie de vandalismos contra símbolos nacionales y provinciales: la bandera argentina fue cubierta de consignas pintadas con aerosol y la bandera de la provincia de Río Negro fue quemada.
“A comienzo de la toma, que empezó a las 10 de la mañana, mantuvimos la atención al público -cuenta Helrriegel-. los manifestantes estaban en la entrada pero no habían ingresado al sector de oficinas. Pero hacia las 12 del mediodía, cuando el ambiente se puso algo denso, evacuamos el edifico. Entonces ellos, al ingresar, rompieron libros de actas y destruyeron también cinco cámaras de seguridad”.
Por estos hechos, el intendente, Bruno Pugliano (Juntos Somos Río Negro) presentó una denuncia por “daños” en la Comisaría 12 de la Policía provincial. Algunos de los agresores están identificados.
En el momento en que los pequeños, de entre 8 y 13 años, hijos de los mismos manifestantes, estaban vandalizando a ladrillazos la estatua de San Martín, un vecino de El Bolsón, Juan Cruz Gastou, que pasaba por ahí, se acercó a policías que estaban por allí pero éstos se negaron a intervenir.
Gastou decidió actuar y se llevó la estatua en su camioneta, mientras le pedía a un vecino que vigilara que los manifestantes no lo siguieran. Terminados los incidentes, la estatua fue restituida.
La ironía de todo esto es que algunos defensores de la causa de la “nación” mapuche hacen circular por las redes un supuesto papel central de estos aborígenes junto a San Martín en el cruce de Los Andes, que no tiene ningún sustento histórico. Ni fueron parte de las tropas del Ejército sanmartiniano -como sí lo fueron los esclavos libertos-, ni contribuyeron a la operación; salvo involuntariamente: San Martín los engañó acerca de sus verdaderos planes para que dieron falsa información a los españoles.
La estatua de José de San Martín que fue vandalizada está hecha de una aleación y abarca sólo hombros y cabeza por lo que no es tan pesada, lo que le permitió a Gastou llevársela, pero ya había sido muy dañada y deberá ser restaurada.
“Ya tenemos varios ofrecimientos de artistas de por aquí para restaurarla”, dice el secretario del Intendente. No sólo eso: el edificio municipal ya fue repintado este domingo con ayuda de empleados y vecinos que se presentaron voluntarios.