La industria extorsiva. ¿Cobran más los que intervienen las sesiones legislativas o los que acampan en la 9 de Julio? ¿Cuánto cuesta llenar Plaza de Mayo?.

“Esto es peronismo muchachos. Todo tiene un precio. Por un piquete un día de semana te pagan unos 400 mangos, incluida la vianda y la movilidad en bondis. ¿Hay que llenar Plaza de Mayo? Bueno, ahí es otro tema. Se cobra bastante más y viene con chori y tetra. Si arriás a tus vecinos, cobrás el triple. Si hay que salir un día de lluvia, la tarifa sube un 50%. Para acompañar a las Madres un día jueves tenemos que hacer un descuento. Cuando hay que quemar gomas o generar un lindo caos como para que la gente se pegue un cagazo importante ahí nos sentamos a negociar. Porque una cosa es ser fiel a una causa, pero otra muy distinta es que crean que esto es por amor al arte”, cuenta el Bryan de Dock Sud -así lo apodan- con total tranquilidad, mientras compra una docena de facturas en la panadería del barrio.

Muy fuerte escuchar esto, teniendo en cuenta que cada fin de año equivale a un fin del mundo en versión small. Amable, el Bryan nos ofrece un cañoncito relleno de dulce de leche y continúa su relato: “Los porongas del PJ (calculamos que habla de dirigentes de renombre) están muy calientes con Macri, pero muy calientes. No pueden creer cómo se les escapó la tortuga después de 72 años de manejo psicológico de un país. Y lo que es peor, que sea un cheto de Barrio Norte quien los esté metiendo presos a todos. El mensaje que recibimos de arriba este fin de año fue muy claro: no paren hasta incendiar el país”. Cuando lo consultamos sobre la polémica reforma previsional no dudó un segundo: “¿Pero vos te pensás que a éstos les importan los abuelos? Los abuelos de ellos están forrados con toda la que se llevaron, así que olvídate. Esto no es el 2001. Este quilombo es porque van todos en cana”.

Pero ¿cómo funciona realmente esta industria de la extorsión y el caos organizado? El Bryan lo cuenta en detalle, amparado en el anonimato que le da el pañuelo rojo y blanco a cuadros que cubre su rostro por completo. “La cosa es muy simple. Una vez por día te reportás al comando central de tu barrio para ver si hay algún apriete en puerta. Los lunes son los más movidos, ya que la gente viene de descansar el fin de semana y es como una piña en el mentón. El puntero te puede mandar a apretar a un empleado público que no quiere ir más a las marchas, hasta tomar el Congreso como hicimos el jueves. ¿O te creés que la locura de los Diputados fue casualidad? Mientras algunos agitábamos a las masas, otros empezaron a enfrentarse con la Gendarmería y, en la era del Whatsapp, el resto lo hicieron los audios y las fotos. Cuando te quisiste dar cuenta, los tenías a todos adentro, enardecidos, en un simulacro de golpe de Estado”.

“¿Y el resto del tiempo?”, le preguntamos creyendo que alguna vez tienen paz. “Mirá, acá se descansa el fin de semana, porque estos tipos son extorsionadores pero no boludos. Si no ¿en qué momento disfrutan las quintas y los campos que se compraron con la guita que le sacaron a la gente?”. Llámenlo deformación profesional o simple curiosidad, pero insistimos, porque no entendemos qué hacen cuando no hay nada importante en la agenda política. “Olvidate, siempre hay algo. Después de todo, uno es como un actor al que contratan para cumplir un rol. A veces hago de barrabrava de un club del ascenso para apretar a los de la AFA, otras veces adoctrino a los estudiantes del secundario para que tomen las escuelas, incluso llegué a suspender un bar mitzvah porque había pica entre dos dirigentes pesados de la cole. Pero la guita de verdad está en el caos como el de esta semana. Con la que junté en tres días, me voy de vacaciones a Florianópolis con la familia completa y el perro”.

En Gendarmería están cansados de que los tilden de represores cuando la realidad es que se enfrentan a delincuentes que andan sueltos con la cara tapada y palos en la mano. “Yo apunto para arriba a ver si le doy a Perón, así caen todos de una buena vez”
En Gendarmería están cansados de que los tilden de represores cuando la realidad es que se enfrentan a delincuentes que andan sueltos con la cara tapada y palos en la mano. “Yo apunto para arriba a ver si le doy a Perón, así caen todos de una buena vez”

El Gobierno tiene lo suyo, seamos justos. ¿A quién se le ocurre tratar una reforma previsional y una reforma laboral el mes más caliente del año? Eso y echarle nafta al fuego, es casi lo mismo. Está claro que tenía que aprovechar el viento a favor luego de las elecciones de octubre donde la gente se volcó en su amplia mayoría por la continuidad de este modelo. Pero de ahí a creer que podía meter presos a De Vido, Boudou, Zannini, D’Elía, Esteche, poner entre las cuerdas a la jefa de la banda, avisarle a Scioli y Aníbal que van por ellos y, en paralelo, sacar estas leyes con minoría en el Congreso en tiempo récord e irse a pasar las Fiestas, suena genial en los papeles pero complicado en la vida real. Guste o no, a los peronistas hay que abrirles una ventana para que respiren, si no se ahogan. Bastante con que deben aceptar que un Presidente no peronista terminará su mandato por primera vez en la historia. La crisis de identidad es tan grave, que las obras sociales van a tener que agregar psicólogos especializados en crisis post-macrismo.

¿Qué le pasa a Leopoldo Moreau? ¿Se hizo peronista de la primera hora una vez que le cerraron las puertas de la UCR? ¿Está enamorado de Cristina y quiere demostrarle que es un macho alfa? ¿O como tiene pedido de captura en las pizzerías, en los bares e incluso en uno de los clubes de rugby más emblemáticos de su barrio natal, San Isidro, decidió aliarse con el kirchnerismo para rascar lo que queda en el fondo de la lata y así pagar lo que debe? Para terminar, quisimos saber qué sería de la vida del Bryan si pudiera trabajar dignamente: “Ojo que cuando no me contratan para desestabilizar el país, animo fiestas infantiles. Los chicos son lo más, no tienen maldad alguna. Si pudiera vivir de eso lo haría, pero los padres pagan una miseria”. Nos preguntamos si será por la crisis. “¿Qué crisis? Yo animo fiestas infantiles de los hijos del kirchnerismo. Estos ratas se la llevaron toda, pero no ponen un sope salvo que sea para desestabilizar y volver a gobernar para seguir robando”. El Bryan de Dock Sud. Recibido en la Universidad de la calle.

Fuente: Infobae

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