María tiene 16 años y estaba con su novio en la puerta de su casa cuando recibió un llamado de su mamá. Le pedía que vaya a comprar pan. La improvisada panadería, donde la dueña atendía a través de una reja, quedaba en la misma cuadra. Cuando la pareja estaba haciendo el encargo fue sorprendida por dos ladrones armados con un cuchillo.
Los jóvenes forcejearon, y en el afán de defender a su novio, la adolescente tomó el arma que se le cayó a uno de los agresores y los “punteó”. De pronto, se escuchó un “ay” y los dos delincuentes huyeron. Uno moriría horas más tarde.
Inmediatamente después del ataque de aquel 15 de diciembre, María -que no se llama María y se reserva su identidad porque es menor y porque su familia está atemorizada- y Enzo, su novio de 19 años, regresaron a la casa de la chica de Orán, Salta, y contaron el intento de robo que habían sufrido a los familiares de la adolescente.
Es más, les dijeron que en la vereda de la panadería había quedado el cuchillo tirado junto a una visera roja, según pudo reconstruir Clarín en base a las fuentes del caso. Antes de irse a su casa, Enzo le dio a María la plata del pan, porque no le habían pagado a la comerciante que había visto toda la secuencia del intento del robo totalmente “paralizada”.
Apenas a unas cuadras de allí, en el populoso barrio Libertad de Orán, Esteban y Marianela Guardia estaban por irse a dormir cuando escucharon gritos que provenían de la calle. En el expediente consta que cuando se asomaron por la ventana, la mujer vio a su comadre pidiendo ayuda, con su hijo ensangrentado en sus brazos.
La pareja decidió auxiliarlos y subieron a Eduardo Mendoza (19) a su Renault 9 rojo para llevarlo al hospital porque la ambulancia tardaba en llegar. De camino, frenaron en la comisaría 24 para contar lo sucedido. El chico había muerto a causa de las puñaladas que había recibido.
El robo que sufrieron María y su novio y la muerte de Mendoza, más las lesiones de arma blanca que sufrió un amigo de 16 años del fallecido, llevaron a las autoridades policiales y judiciales a detener a la chica al día siguiente.
El Juzgado de Menores N°2 de Orán decidió dictarle el arresto domiciliario a María, acusada del crimen de Mendoza y de las lesiones del amigo de la víctima. Pero tras una semana de tareas investigativas, la causa fue re caratulada a “homicidio y lesiones en legítima defensa” y María fue liberada, aunque deberá presentarse todos los viernes en el Juzgado, entre otras tantas medidas que le aplicaron hasta tanto se resuelva por completo su situación procesal.
Las fuentes del caso indicaron a este diario que tanto Mendoza como su cómplice tenían antecedentes reiterados por robos y hurtos, y que la causa por el ataque a María y a su novio va por vías paralelas en otra fiscalía.
No había terminado de hacerle el pedido a la panadera cuando Enzo sitió que lo tomaban de atrás, lo pinchaban en las costillas en el costado derecho y le decían: “Dame el celular o te cago matando”. María y la comerciante quedaron sorprendidas ante el robo.
Al mismo tiempo que Enzo le decía al delincuente que no tenía teléfono, según consta en la causa, intentó desligarse del cuchillo en el pecho y se cortó la mano. “El ladrón le rompió el bolsillo derecho del pantalón y el celular de Enzo cayó al piso”, relató el chico ante las autoridades.
Entonces, ambos comenzaron a forcejear. María, intentaba ayudar a su novio. En esa lucha, Enzo logró tomar su teléfono y lo lanzó a través de las rejas al interior del local donde estaba la panadera, testigo directo de todo lo que ocurría.
Eso no aquietó al delincuente que puso a Enzo contra las rejas. “El forcejeo entre ambos no cesaba y en eso llegó el cómplice del ladrón, quien se sumó al ataque. Mientras esto sucedía, y en función del testimonio del novio, María hacía todo lo posible para ayudarlo”, explicaron a este diario.
En uno de esos intentos por auxiliar a su novio, desesperada, María tomó el cuchillo que se le cayó a uno de los delincuentes y los atacó. “Se escuchó un ‘ay’ y uno de los ladrones se fue corriendo. Después, huyó el otro”, confiaron las fuentes.
Luego de esto, María y Enzo se fueron corriendo hacia la casa de ella a contar lo sucedido, mientras en otro sector de Orán, Eduardo Mendoza moría a los 19 años en un Renault 9 rojo estacionado frente a la comisaría 24.
“La causa de la muerte de Mendoza fueron las múltiples heridas que le había hecho la adolescente al defender a su novio de un asalto”, señalaron.
El cómplice de Mendoza, de 16 años, que se recupera de las lesiones sufridas durante el intento de robo, quedó bajo la guarda de la Justicia de Menores.
fuente: Clarin