El dólar cerró ayer en su mayor nivel del año, a $ 19,45 en las pizarras de los bancos. La suba acumulada en diciembre ya superó el 10%. El aumento de la meta de la inflación que decidió la Casa Rosada y la inmediata baja de las tasas en pesos le dieron un gran impulso a la cotización.

Si la divisa está ahora cara o barata dependerá de quién opine. Para una empresa con dificultades para competir puede considerar que sigue bajo, mientras que a un importador le puede resultar carísimo.

Por eso, la mejor manera para dar una respuesta es seguir el Indice de Tipo de Cambio Real Multilateral que elabora el Central. Este indicador tiene en cuenta el valor nominal del dólar, pero también muchas otras variables: la inflación acumulada y cómo se comportaron ambas variables con todos los países con los que comercia la Argentina. Y de esta lectura se pueden sacar interesantes conclusiones.

En pocos días, y especialmente ayer, el tipo de cambio real multilateral tuvo un gran envión. Desde un nivel mínimo a principios de diciembre saltó de 85 hasta los 94,2 puntos. Cuanto más alto, significa que el tipo de cambio aumentó o, lo que es lo mismo, que el peso está más depreciado.

Con esta fuerte suba en pocas semanas, el dólar en términos reales volvió prácticamente a los valores que tenía antes de las PASO, a fines de julio, cuando pegó un salto desde niveles menores a $ 16 hasta $ 18. En aquel momento había sido la candidatura de Cristina Kirchner la que había generado el súbito salto de la divisa. Antes de eso, a mediados de junio, también las críticas a la conducción económica pasaban por un tipo de cambio cada vez menos competitivo que amenazaba sobre todo a los sectores que deben salir a competir al mundo.

Diez días antes de las PASO, el Banco Central salió a intervenir para evitar un salto mayor de la divisa y evitar más zozobra justo antes de la votación. Desde entonces el tipo de cambio se había mantenido por debajo de $ 18 hasta el salto de la última semana.

El tipo de cambio real volvió a los máximos niveles del año, previo a las PASO. En aquel momento el Central había salido a intervenir para que no siga aumentando.

¿A qué nivel se encontraba al tipo de cambio real multilateral a fines de julio? Había llegado a un máximo de 95,7, es decir que los $ 18 de aquel entonces son prácticamente equivalentes a los $ 19,45 actuales. En otras palabras, la divisa recuperó los niveles máximos del año. De este análisis se deduce que el atraso cambiario de los últimos meses quedó atrás y que la divisa tiene ahora un valor mucho más “justo”.

Desde ese punto de vista podría interpretarse que no tendría demasiado recorrido alcista por delante. Pero hay otros aspectos para tener en cuenta. Uno de relevancia es que en esta época del año hay mucha demanda de divisas de aquellos que viajan al exterior por vacaciones y esto coincide además con la disminución del ingreso de dólares del sector agroexportador. Además, el relajamiento de la política monetaria, expresado en una rebaja de las tasas de Lebac en el mercado secundario, volvió menos atractiva la inversión en pesos e invita a pasarse al dólar.

Con el dólar arriba de $ 19, el Central ganó más por la acumulación de reservas en dólares que el costo que representan las tasas de las LEBAC
Hay otro aspecto no menos importante para tener en cuenta y que también evidencia que el dólar dejó de estar atrasado. Surge de un análisis que realiza el economista de la Universidad Di Tella, Eduardo Levy Yeyati, que viene siguiendo casi día a día cuánto le cuesta al Central la emisión de Lebac versus la ganancia de acumular reservas.

Si bien el BCRA enfrenta un elevado costo por las altas tasas de Lebac, del otro lado obtiene una ganancia por la inversión de las reservas y también por evolución del mercado cambiario. Esto se debe a que las reservas en dólares son expresadas en pesos al tipo de cambio correspondiente. “De este análisis surge –explica Levy Yeyati- que el valor del dólar que hoy equilibra el costo de las Lebac con la ganancia de las reservas es de $ 19”. Por lo tanto, a $ 19,45 el BCRA ya dejó atrás la pérdida “cuasifiscal” y hasta estaría ganando plata. La contracara de esta ganancia para la autoridad monetaria es la pérdida de los que apostaron al “carry trade”, es decir las elevadas tasas en pesos con un dólar planchado. Pero en diciembre tuvieron un durísimo golpe: las Lebac rindieron un 2,5% en promedio contra un dólar que subió más de 10%.

fuente: Infobae

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