Tras la aparición de los billetes de 200 pesos con la imagen de la ballena franca y el de 1000 con el hornero, en 2018 el Banco Central tiene prevista la emisión de nuevas series. No habrá denominaciones más altas, pero sí continuarán reemplazándose los próceres por animales autóctonos. En el caso del billete de 100 pesos, el ex presidente Julio Argentino Roca y Evita cederán su lugar por el taruca, un animal que habita el noroeste argentino y es una de las ocho especies de ciervos nativos en peligro de extinción.
Además, también se introducirá un nuevo billete de 50 pesos con la imagen del cóndor, que es otro de los animales autóctonos elegidos para las nuevas series. Al mismo tiempo, se acuñarán nuevas monedas con denominaciones más altas. Las especies elegidas fueron el palo borracho para la de 2 pesos y el caldén para la de 10 pesos.
Los anuncios los realizó el Banco Central al divulgar ayer el informe de objetivos de políticas para el 2018 que debe elevar al Congreso. Uno de los apartados detalló cuáles serán las novedades relacionadas al funcionamiento de medios de pago que se están preparando para el año viene. Entre ellas menciona que “se retirarán 850 millones que han superado su vida útil. La canasta de billetes proyectada al 31 de diciembre de 2018 quedará conformada en un 35% por denominaciones bajas y un 65% por altas, optimizando así la logística y adecuándose a las necesidades del público y los bancos”.
Éstos son otros aspectos en los que se estará innovando en materia de medios de pago a lo largo del año próximo, según detalló el BCRA:
– Se analizará el incremento de los límites permitidos para las transacciones habituales en ellos.
– Continuará la optimización del DEBIN (débito inverso), incluyendo nuevos mecanismos que permitan preautorizar pagos en forma general a un determinado originante, pudiendo establecer parámetros de cantidad y montos en tal autorización anticipada.
– Uno de los objetivos últimos que se pretende alcanzar es la interoperabilidad universal de todos de los medios de pago, incluyendo cuentas bancarias y no bancarias, y todos los canales a través de los que se opera.
– Se avanzará en una primera etapa con la identificación de las cuentas transaccionales no bancarias, tal como se encuentran estandarizadas las cuentas bancarias a través de la Clave Bancaria Uniforme (CBU).
– Se evaluará el impulso de los pagos a través de códigos QR (códigos de barra bidimensionales) con un estándar global. La lectura de alta velocidad de estos códigos es atributo indispensable para el logro de la agilidad en los pagos que se pretende.
– El BCRA trabajará en un nuevo instrumento orientado a generar órdenes de pago a ser cumplidas en una fecha posterior a su emisión determinada por el originante. Tendrá los atributos necesarios para ofrecer a los cuentacorrentistas un medio de pago transmisible, diferible y divisible y que, a la vez, sea seguro, rápido y transparente. La intención es reducir el uso de documentos físicos, como los cheques de pagos diferidos.