La gala, que tuvo al carismático comediante James Corden como presentador, premió más de 80 categorías, gran parte de las cuales no fueron incluidas en la ceremonia televisada.
El cantante y coreógrafo hawaiano Bruno Mars fue el gran ganador de los Premios Grammy al triunfar en las categorías al mejor álbum del año, con su disco 24K Magic, y a la mejor canción, con “That’s what I like”, en una ceremonia que escenificó el empoderamiento de la música negra y urbana y su protagonismo en la industria musical internacional.
Tanto por los premios recibidos como por su sólida puesta en escena, el hawaiano fue una de las grandes figuras de la gala, la número 60 de los Grammy, que, después de 15 ediciones en Los Ángeles, regresó a Nueva York y llenó el Madison Square Garden de melodías y discursos.
Numerosos artistas y representantes del sector alzaron su voz en contra de la desigualdad racial y de género, y, a diferencia del negro que vistieron las celebridades en los Globos de Oro, varios de los músicos eligieron el blanco en señal de protesta. Las cantantes Kesha , Cyndi Lauper, Lady Gaga y Camila Cabello fueron algunas de las que optaron por atuendos claros, y, junto a otras figuras de la música, lucieron rosas blancas como símbolo de adhesión a las reivindicaciones de igualdad de los derechos de las mujeres y de condena a los abusos en la industria del espectáculo. También destacaron ese detalle floreal en sus solapas el cantante británico Sam Smith, la comediante Sarah Silverman y, entre otros, el músico y actor Nick Jonas.
Entre los principales galardonados, también se destacó el rapero estadounidense Kendrick Lamar , con un premio al mejor álbum de rap, mejor rap -por “Humble”- y mejor interpretación por esta misma canción, que ganó como mejor video musical; y el irlandés Ed Sheeran (que no asistió), vencedor en la categoría al mejor álbum de pop vocal del año con “÷ (Divide)”, -enfrentaba a Lady Gaga en esta nominación.
Shakira obtuvo el Grammy al mejor álbum pop latino por El Dorado, que triunfó sobre Mis planes son amarte, de su compatriota Juanes; Lo único constante, del cubano-candiense Alex Cuba; Musas, de la mexicana Natalia Lafourcade, y Amar y vivir en vivo desde la Ciudad de México, de la banda mexicano-estadounidense La Santa Cecilia.
El legendario cantautor canadiense Leonard Cohen obtuvo póstumamente su primer Grammy por “You Want It Darker”, título del tema de su álbum homónimo que presagió su muerte en noviembre de 2016.
El pianista argentino Pablo Ziegler obtuvo el máximo reconocimiento en el rubro de jazz latino por su álbum “Jazz Tango”, producido por Kabir Sehgalen y en el que también participaron los músicos Héctor Del Curto y Claudio Ragazzi. El artista cuenta en su currículum con once años de recorrido junto al quinteto de Astor Piazzola.
El rapero puertorriqueño Residente se alzó, por su parte, con el gramófono al mejor álbum en la categoría rock, urbano o alternativo latino, dejando sin el premio al uruguayo Jorge Drexler, que competía en este rubro con Salvavidas de hielo.
La gala, que tuvo al carismático comediante James Corden como presentador, premió más de 80 categorías, gran parte de las cuales no fueron incluidas en la ceremonia televisada.
Un comienzo por todo lo alto: Hendrick Lamar, U2 y Dave Chappelle
La ceremonia comenzó con una impactante puesta en escena de Kendrick Lamar, considerado en la actualidad una de las principales voces de la América negra. Irrumpió en el escenario secundado por un ejército de bailarines con vestimenta militar y al grupo se unió minutos después Bono y The Edge, de U2 . Más tarde, Dave Chapelle, pronunció unas palabras en relación a lo que representa ser negro en Estados Unidos. “Más aterrador que ver a un negro ser honesto en Estados Unidos es ser un hombre negro honesto en Estados Unidos”, recalcó.
Lady Gaga, un ángel blanco al piano
El inicio de la ceremonia vivió su momento más dulce con una primera interpretación de una angelical Lady Gaga sentada a un piano cubierto de unas enormes alas blancas, como su traje, y entonando su tema “Joanne”, que dedica a su familia. Minutos antes, la cantante había desfilado por la alfombra roja con un impactante vestido negro de cola y una rosa blanca en el pecho.
Un homenaje a los clásicos: New York, New York y Maybellene
A continuación, se subió al escenario Tonny Bennett, que ayer obtuvo el reconocimiento al mejor álbum de pop tradicional por Tony Bennett Celebrates 90 y quien tuvo algunos segundos para entonar estrofas del clásico New York, New York.
Gary Clarkjr interpretó luego el tema Maybellene en un homenaje a Chuck Berry y Fats Domino mientras Alessia Cara ganaba el premio a artista revelación y el cantante británico Sam Smith amenizaba la velada.
“Despacito”, rap y reggeaton
El Madison Square se puso de pie al ritmo de “Despacito”, con Luis Fonsi y Daddy Yankee sobre el escenario. Rodeados de bailarinas, interpretaron la popular canción, la cual, favorita viral del año, acaba ser grabada incluso en mandarín, pero que no logró triunfar como mejor canción.
La fiesta continuó con las actuaciones de Childish Gambino, con una interpretación muy intima de Terrified; una mención a Melissa Salguero por su labor como educadora musical y un premio para Dave Chapelle en la modalidad de mejor álbum de rap.
Kendrick Lamar recogió, acto seguido, su gramófono al mejor álbum de rap. “Éste es un premio especial porque es para el rap, música que me ha hecho recorrer el mundo, ue me ha enseñado la definición de lo que es ser un artista, se trata de ser uno mismo y de pintar en un lienzo para las próximas generaciones”, dijo, y dedicó el galardón, entre otros, a su rival en la categoría, Jay-Z. “Ustedes me han enseñado este juego, adelante con el hip hop, añadió.
La cantante y bailarina estadounidense Pink , de jean e informal, cantó después “Wild hearts can’t be broken”, traducida por una intérprete a la lengua de signos. En coincidencia con las reivindicaciones actuales, la artista eligió este tema por ser ser su letra alusiva a la lucha femenina.
Sting y Shaggy, cantando en el subte
Durante la gala, se pudo ver un video en el que Sting y Shaggy, acompañados por el anfitrión de la ceremonia, protagonizan un sketch cantando en un subte, en el que parece no contar su fama y talento ante unos viajeros que muestran poco interés por escucharlos.
Tras ello, tocó el turno a Bruno Mars de desplegar su arte sobre ante los presentes y lo hizo acompañado de una explosiva Cardi B , una de las artistas del hip hop más interesantes del momento, interpretando el tema “Finesse”, con una coreografía excepcional.
Mascotas para los perdedores
El mejor álbum de comedia fue para Dave Chappelle, quien se llevó su primer Grammy. “Es un honor ganar un premio, por fin”, ironizó, mientras James Corden afirmaba que “ningún nominado se va a ir hoy sin nada, los que no ganen, se llevarán cachorritos de consolación”, decía mientras se repartían perritos entre algunos de los presentes.
Sting reapareció para interpretar “Englishman in New York”, icónico tema del 88, y luego se unió a él Shaggy, para entonar juntos “Don´t make me wait”.
Después de que Emmylou Harris, The Meters, Queen y otros artistas legendarios como Tina Turner recibieran honores por su trayectoria, la voz de Rihanna tomó el recinto. Con una flor roja, a tono con el vestido, en su indomable melena, cantó Wild Thoughts, junto a DJ Khaled (que llevaba nueve años persiguiéndola para actuar juntos) y a Bryson Tiller.
El premio al mejor álbum de country fue para Chris Stapleton, que lo recogió antes de que Eric Church, Maren Morris y Brothers Osborne cantaran “Tears In Heaven” y recordaron a las víctimas del atentado terrorista en Manchester, Inglaterra, al final del concierto de Ariana Grande.
Kesha, Camila Cabello y Cyndi Lauper: la voz de las mujeres
La cantante Janelle Monae pronunció unas palabras como anteplato a uno de los momentos más emotivos de la noche. “Trabajemos para crear lugares de trabajo seguros para las mujeres y una nueva cultura libre de acoso sexual. Mujeres, productoras, madres, hijas, hermanas, seres humanos: somos algo serio, y para quienes quieren detenernos, les decimos dos palabras: ya basta, basta del abuso de poder, que como ocurre en Hollywood, también ocurre aquí”.
Kesha, ganadora del galardón al mejor álbum de pop local, acaparó la escena, junto a Cyndi Lauper, Camila Cabello, Julia Michaels y, junto a otras, Andra Day, vestidas de blanco, cantaron “Praying”, como en un rezo colectivo que arrancó lágrimas debajo y encima del escenario y que, al culminar, regaló una de las estampas más conmovedoras de la velada cuando todas ellas se fundieron en un abrazo.
“La música resuena con frecuencia más que la palabra”, dijo el presentador y alentó a unirse a “este movimiento que demanda nuestra atención y nuestro apoyo”.
Cuba y la estatua de la libertad
La cantante Camila Cabello tomó la voz para referirse a otra porblemática: la situación de los inmigrantes. Se mostró orgullosa de sus raíces latinas y dijo: “América se forjó con soñadores, mis padres me trajeron sin nada en los bolsillos, así como a losdreamers, más que una esperanza, soy una inmigrante cubana mexicana orgullosa, nacida al Este de La Habana, y ellos me enseñaron a trabajar duro y a no darme por vencida”. Luego, la joven artista presentó a “una de las mejores bandas en la historia de la música: U2”, y el grupo irlandés, con 46 nominaciones al Grammy y 22 premios en su haber, interpretó “Get out of your own way”, con puesta visual de fondo que recreaba el río Hudson y la estatua de la libertad detrás, por donde llegaban a Nueva York las olas migratorias.
Elton John, Miley Cyrus y “Don’t cry for me, Argentina”
Tras un sketch grabado de repudio a Donald Trump, en el que participa la propia Hillary Clinton, llegó otro momento destacable de la noche: un reconocimiento a la trayectoria de Elton John , que cantó al piano Tiny Dancer, con gafas azul brillante a juego con las solapas de su traje y su nombre bordado en la espalda, junto a Miley Cyrus .
Corden presentó luego a la “realeza de Broadaway” y un reconocimento al recorrido de creadores como Ben Splatt y Patti LuPone -también vestida de blanco-, que rindieron homenaje a Leonard Bernstein y Andrew Lloyd Webber, entonando Somewhere, del musical West Side Story, y “Don’t Cry For Me, Argentina, del musical Evita.
Logic y su deseo de un mundo mejor
La joven SZA cantó “Broken Clocks”, Alicia Kiss anunció la estatuilla a la mejor grabación del año para 24K Magic, de Bruno Mars y Chris Stapleton y Emmylou Harris interpretaron el tema “Wildflowers” en homenaje al fallecido Tom Petty.
A continuación, Logic, acompañado de Alessia Cara y Khalid, interpretó el tema “1-800-273-8255” (número de la línea de prevención de suicidios en Estados Unidos) y dio un discurso a golpe de rap a favor de “construir un mundo mejor” y más igualitario, más allá de las condiciones de género, ideológicas o del color de la piel. “Los países con diversidad cultural son hermosos y no son países de mierda”, subrayó.
Sobre el final, Bono y The Edge fueron los encargados de dar a conocer el nombre del gran ganador de la noche: Bruno Mars. “Gracias por bendecir el mundo con su música”, dijo el hawaiano dirigiéndose a los músicos de los que aprendió. “Son mis héroes, ellos establecieron las bases sin las cuales mi proyecto no se hubiera concretado”, dijo en el cierre de la noche.