-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese afiche gigante de la película Cinema Paradiso? ¿Acaso anda nostálgico? Mire que esa película es vieja…
-Para las buenas cosas el tiempo no pasa, porque se transforman en universales, mi estimado.
-¿Usted es cinéfilo, Eduard?
-Sipi, pero este afiche nada tiene que ver con el cine, sino con el mundillo de la política comarcana.
-¿Qué tiene para contar?
-¿Se acuerda de un personaje de la película que estaba medio rayado y que gritaba a viva voz que la plaza era suya después de la medianoche?
-Sí, era un loco de la guerra ese tipo…
-Bueno, parece que hay un político que quiere hacer ese papel, mi querido amigo.
-¿Un político?
-Sipi.
-¿Quién?
-Uno que se supo labrar una fama bien ganada con un camión.
-¿El camión de Germán?
-Usted lo dijo. Germancito se cree el dueño de una plaza, pero no después de la medianoche sino todo el tiempo.
-¿Por qué dice eso?
-Porque cedió una parte de una plaza ubicada en Alem al 200 a un emprendimiento privado.
-¿No hay una estación de servicio con bar ahí?
-Sipi.
-¿Y qué pasó?
-Ese emprendimiento avanzó hacia la plaza para construir estacionamiento y ubicar sillas y mesas del bar, además de una estructura metálica con escalera para ubicar un equipamiento en altura.
-¿Quién decidió eso?
-La gestión de Alfaro.
-Pero eso es parecido a una nota que está publicada en esta edición de Diario Cuarto Poder.
-Sipi, pero falta una novedad que está al caer.
-¿Qué novedad?
-Se avecina una denuncia ante la Justicia y un pedido de informes al Concejo Deliberante.
-Huy, usted está más picante que nunca, Eduard…
-Recién estoy calentando los motores, mi estimado amigo. Pero tantos datos me dieron sed.
-Invito una cerveza.
-Ya que estamos agregue una picadita.
-Que sea grande.
-Sipi porque la que ya comí a su cuenta era chica.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!