El motivo es por una disposición municipal que obliga a las iglesias a pagar un impuesto sobre los inmuebles.
Las principales Iglesias cristianas en Jerusalén cerraron este domingo el Santo Sepulcro, el lugar más sagrado del cristianismo, en una medida sin precedentes en protesta por medidas legales y fiscales de Israel que consideran un “ataque contra la presencia cristiana en Tierra Santa”.
Cristianos de las principales confesiones acudieron por la mañana a las afueras de la iglesia, en la ciudad amurallada. Sus líderes leyeron un escrito de protesta tras el cierre de sus puertas. Por el momento, no informaron la fecha para su reapertura. Poco antes, atónitos turistas y peregrinos eran sorprendidos con la exigencia de salir del templo que cobija los lugares de la crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.
Iglesia. El Santo Sepulcro es el templo más importante para dos religiones.
Este se configura como un nuevo golpe en la crisis entre las Iglesias y las autoridades israelíes, tanto nacionales como municipales, que sigue a una serie de medidas que las primeras tachan de un “ataque sistemático y sin precedentes” que “parece un intento de debilitar la presencia cristiana en Jerusalén”. Los principales enfrentamientos son una disputa sobre nuevas disposiciones municipales para obligar a las Iglesias a pagar el impuesto sobre bienes inmuebles del que estaban exentas históricamente, y una propuesta de ley para expropiar tierras en Jerusalén vendidas por las iglesias desde 2010.
Estaba previsto que la ley, que cancelaría ventas ya ejecutadas, se debatiese ayer en el comité legislativo del Parlamento, pero su tramitación se retrasó tras la protesta. El patriarca griego de Jerusalén, Teófilo III, calificó la ley de “discriminatoria y racista” y afirmó que “recuerda a leyes de naturaleza similar aprobadas contra los judíos en Europa en períodos oscuros”, en referencia al Holocausto.
Respecto al impuesto municipal, el Ayuntamiento anunció hace meses que cobraría el “arnona” (impuesto sobre bienes inmuebles) a las iglesias por las propiedades no destinadas al culto y recientemente comenzó a congelar cuentas ante la falta de pago. El alcalde Nir Barkat defendió su decisión de que se tasen “las propiedades comerciales, como hoteles, salones y negocios”, y aseguró que las iglesias deben 186 millones de dólares, una suma que “no tienen que soportar los residentes de la ciudad”, informó el digital Times of Israel.
Horas después del cierre, peregrinos decepcionados se arrodillaban ante el portalón de madera clausurado y ofrecían allí sus oraciones. Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, recordó que “estas iglesias existen desde mucho antes que el Estado de Israel”. “Los cristianos palestinos representan la tradición cristiana más antigua del mundo, con siglos de continuidad en Palestina”, añadió, y acusó al gobierno de “atacar las Iglesias, sus comunidades, activos y propiedades” para “mantener una exclusividad y control judío” en la ciudad.
Archivo. El patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Teófilos III, participa en la ceremonia “Lavatorio de los pies” con motivo de la Semana Santa ortodoxa en la Basílica del Santo Sepulcro. EFE
Teófilo III, el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, y el patriarca armenio, Nourhan Manougian, comparecieron ante el sepulcro para emitir un durísimo mensaje claramente dirigido a las autoridades israelíes. Denunciaron una “campaña sistemática” contra los cristianos que “ha alcanzado recientemente un nivel sin precedentes, con las escandalosas órdenes de la Municipalidad de secuestrar bienes de las Iglesias, propiedades y cuentas bancarias, para hacer frente a impuestos punitivos”.
Unas medidas que, consideran, “rompen los acuerdos existentes y las obligaciones internacionales que garantizan los derechos y privilegios de las Iglesias” y ponen en peligro “el delicado tejido de relaciones entre las comunidades cristianas y las autoridades durante décadas”.
Wayid Nuseibeh, uno de los guardianes musulmanes de las llaves de la iglesia, explicó que tras la orden de las autoridades eclesiásticas, pidió a todo el mundo que saliese y cerró las puertas. “Esto no ha ocurrido nunca, ni en el periodo otomano, ni en el Mandato Británico”, afirmó.
Fuente: agencias.