Un grupo de trabajadores regresaba de realizar tareas en una finca del paraje conocido como El Rincón, en el sur de la provincia. De pronto comenzaron a percibir olores nauseabundos y, cuando se arrimaron al lugar de donde emanaban, encontraron un cuerpo oculto entre las cañas. Los hombres se apresuraron a dar aviso a la Policía del hallazgo.

A los pocos minutos llegó personal de la comisaría de Los Sosa, para preservar el lugar.

El campo, que se encuentra ubicado a la vera de la ruta provincial 324, entre las comunas de Arcadia y de Santa Lucía, se pobló de peritos que tomaban muestras del lugar, supervisados por el fiscal Jorge Carrasco.

Los médicos de la fuerza estuvieron durante varias horas analizando el cadáver. Luego le informaron a Carrasco que el cuerpo presentaba hematomas y que, al parecer, podría tener el cuello fracturado. Hasta el momento no trascendió cuándo, según el cálculo de los profesionales, se habría producido la muerte.

Los forenses recomendaron que el cuerpo sea sometido a una autopsia para que se determinen las causas del fallecimiento. También se tratará de saber si hubo abuso sexual. De ser así, se recogerán muestras para hacer una comparación genética.

Cuando habían pasado cuatro horas del hallazgo, los investigadores recibieron un indicio sobre la identidad de la víctima. Norma Beatriz Núñez se presentó en la comisaría de Monteros para denunciar la desaparición de su hija, Gisella Tatiana Núñez Valdez, de 17 años.

La denunciante explicó que su hija había abandonado su casa el viernes a la siesta. Según confirmaron fuentes policiales, le había dicho que se iría a andar en bicicleta. Pero ayer, al no tener noticias sobre su paradero, decidió acudir a la Policía para que la buscaran.

La mujer explicó que era normal que la adolescente se ausentara durante varios días de su casa y que por eso no realizó la denuncia con anterioridad.

Al haber coincidencias con las características físicas, los policías le pidieron Núñez que reconociera el cuerpo. La medida se concretó pasadas las 18.30, es decir, cinco horas después de que los obreros encontraran el cuerpo.

El caso generó conmoción en la zona. Los vecinos definieron a la adolescente como una chica alegre, llena de vida y que no tenía problemas con nadie.

“Era muy dulce y por eso nadie quiere creer que haya sido asesinada. Espero que se encuentre al culpable”, manifestó Mario Ávila, uno de sus amigos.

Los pesquisas comenzaron a investigar a sus conocidos para determinar qué hizo Gisella durante las últimas horas. Por ejemplo, según confiaron fuentes judiciales, no se encontró la bicicleta con la que había salido de su vivienda.

“Estos son crímenes que movilizan a la gente. Imagínese si ocurre en el campo donde no pasa nada”, aseveró Ávila.

fuente. lagaceta

Comments

Comentarios