De estar tan vista, de ser una de las imágenes más reproducidas de la historia, puede que las laceraciones de Jesús en la cruz ya no generen nada. Pero si a esa carne viva le chorrea jalea de frutilla y al amputarle un brazo entre el tejido de red velvet se ven huesos de buttercream, el sabor dulce de una torta con la forma del Cristo crucificado es algo más que una obra de arte comestible. Y si es Enrique Avogadro, el ministro de Cultura de la Ciudad, quien se come el cuerpo, a la Iglesia le puede dar “un ataque de glucosa”.
Tras la polémica que el bizcochuelo bíblico generó durante la inauguración de la Feria de Arte Contemporáneo Argentina (FACA), en el Hipódromo de Palermo, la artista que la talló defendió al ministro y opinó que una reacción “de ofensa” como la del arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, o “de apoyo a eso”, como la del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, le parece “ignorante y exagerada”.
“Nosotros no invitamos a Avogadro. No somos de ningún partido político ni nos interesa serlo. Él, a pedido de los organizadores, fue recorriendo cada stand (unas 30 galerías expusieron obras) y cuando llegó al nuestro se armó un escándalo porque creyeron que iba en contra de la Iglesia. Nada tan alejado. El arte no necesita explicación, pero a todos los que se acercaron se les dijo de qué iba la cosa. Quienes criticaron sin saber son ignortantes. Y quienes fueron contra el ministro sabiendo, son exagerados. Si Avogadro nos salteaba y no comía torta…iba a ser discriminación”, dijo a Clarín Marianela Perelli, que habló por primera vez tras el escándalo.
Oriunda de San Nicolás, no viajó desde Rosario, donde vive, para la feria FACA porque está “de 38 semanas de embarazo” y, dice, no se puede mover. Pero ahí si estuvo Emiliano “Pool” Paolini, quien, además del tallado, se encargó de la pintura sobre el fondant, que imitaba la piel de Jesús. Los dos recibieron la ayuda de una repostera llamada Karen.
Tras la viralización del video, el ministro hizo su descargo en Facebook. “Recibí muchos comentarios en las redes el día de hoy por una foto mía en una de esas intervenciones y quería expresar que lamento sinceramente si alguien se vio ofendido en sus creencias más íntimas por mi presencia en la misma. Lamento el malestar que me transmitieron muchas personas a las que quiero y respeto, que seguramente es reflejo de una sensación similar en muchas otras personas (…) Es por eso que quiero disculparme”, posteó el lunes. A lo que Marianela acota que “no le quedó otra, por todo lo que dijeron. Esto se usó con fines políticos, es tremendo”.
La clave de la confusión, dicen los artistas, es que con la muestra titulada Kidstianismo (un juego de palabras en inglés entre “chicos” y “cristianismo”) quisieron representar la religión desde los ojos de los nenes, “que no entienden las metáforas”.
El génesis habría surgido de la sobrina de Marianela. “Ella iba a tomar la comunión y de repente se puso a llorar porque escuchó lo de la ostia y dijo: ‘yo no me quiero comer el cuerpo de nadie”, narra. De hecho, los dos se reafirman católicos.
“Nos casamos dos veces. La primera, en 2013. Nos casó el humorista Fabio Alberti, que es amigo. Hicimos como que fue en la Iglesia Institucional Argentina (no existe, es una representación). La otra fue en Las Vegas, en 2015. No fue ni por Iglesia ni por civil, pero creemos totalmente en el casamiento. No vamos a misa. Yo soy devota de la virgen de San Nicolás y ‘Pool’ reza todos los días”, señala Marianela. Quiere dejar en claro que en su arte siempre se metió con “el fútbol, la política y la religión. No es nada personal con el catolicismo”.
Por los insultos recibidos, “Pool” y Marianela pasaron a privada la cuenta que comparten en Instagram. “Esta vez no hubo amenazas de muerte, como pasó cuando hicimos a Barbie y a Ken como si fuesen vírgenes y santos”, detalla. Esa exhibición tuvo que suspenderse en Argentina pero, en 2016, Mattel, fabricante de la muñeca, los llevó a Francia para que expusieran cuatro de esas Barbies en el Musée des Arts Décoratifs, que pertenece al Louvre.
La muestra de la torta de Cristo o “Jesus Cake” ya pasó por una prestigiosa galería de arte de Hollywood llamada La Luz de Jesus Gallery, en Santa Clarita, California.
“A la parte ignorante de quienes criticaron pensando que queríamos ofender estaría bueno explicarles que ellos no se espantan cuando le rezan a una figura con laceraciones y se espantan ante una torta y la mirada de los niños. A los que usaron esto para la política les digo que se despeguen de nuestro arte”, siguió la artista que lleva más de 9 años de amor con su coequiper devenido en “pastelero”.
Los bloques de red velvet los hizo una repostera llamada Karen. Se freezaron, para que sea más fácil de tallar, y con utensilios de repostería profesional, Marianella hizo la cabeza y las extremidades en Rosario. En total, fueron dos días de tallado. Ella se enfocó en darle la forma tridimensional y él en los detalles de pintura. La torta, íntegramente comestible, se terminó en Buenos Aires.
En la feria sobraron los pies, las manos y la cabeza, el resto se degustó entera. “Mientras tallaba iba comiendo bizcochuelo así que medio que me asqueé. Parece que a la gente no le pasó. Sólo en las redes”, cierra.
fuente. clarín