Zlatko Dalic nació en Bosnia-Herzegovina, cuando todavía no se había disuelto Yugoslavia. Fue mediocampista de contención y protagonista de una carrera que se desarrolló íntegramente en su país. No tuvo grandes luces con la pelota, pero jugó 235 partidos y marcó 19 goles a lo largo de 17 temporadas. Tomó mayor notoriedad como entrenador, claro. Especialmente, en Medio Oriente. Dirigió en Emiratos Arabes y Arabia Saudita con mucho éxito. Sin ir más lejos, llegó a la final de la Champions League asiática con el Al-Ain de 2016, título que le arrebató el Jeonbuk Hyundai Motors coreano.

Davor Suker, notable goleador con la camiseta a cuadros rojos y blancos de la Selección de Croacia, confió en Dalic cuando las críticas arreciaban. En su rol de presidente de la Federación Croata de Fútbol (HNS, Hrvatski Nogometni Savez en su idioma original), definió con frialdad, como lo hacía cuando enfrentaba a los arqueros. Despidió a Ante Cacic y le dio las llaves del banco al estratega bosnio de 51 años. La victoria ante Ucrania en Kiev y el repechaje superado ante Grecia le dieron la razón al ex delantero. También, el carácter del hombre que eligió.

“Esta es una guerra y el general soy yo”, declaró Dalic en Moscú, antes de viajar a Nizhny Novgorod, donde su equipo enfrentará a la Selección Argentina. Y tomó una decisión que hizo ruido en el Mundial:mandó a su casa a Nikola Kalinic. El díscolo delantero del Milan se había negado a reemplazar a Mario Mandzukic en el desenlace del partido ante Nigeria. Faltaban cuatro minutos, el atacante de Juventus estaba agotado y el técnico le ordenó a Kalinic, que estaba haciendo el calentamiento precompetitivo, que saltara a la cancha. La respuesta negativa, acusando un dolor de espalda, subió la temperatura de Dalic. Y terminó ingresando Marko Pjaca, crédito del Schalke 04 alemán.

Kalinic había colmado la paciencia del entrenador por dos antecedentes. Tampoco había querido ingresar en el amistoso ante Brasil, disputado en Liverpool. Con el 2 a 0 consumado ante los nigerianos, Dalic decidió excluir al delantero, que por estas horas define su futuro en el fútbol europeo. Después de una temporada con la pólvora mojada en Milán (6 goles en 41 partidos de la Serie A, Copa Italia y Europa League), Sevilla le echó los ojos, pero en Croacia perdió su silla, está claro.

A través de un comunicado, Dalic explicó su decisión. Contó los episodios ante Brasil y Nigeria y agregó que no pudo contar con Kalinic en el entrenamiento del domingo. “Lo acepté con calma y ​​como necesito jugadores listos y sanos, tomé esta decisión”, argumentó.

Plantel rico en figuras, al punto de tener a futbolistas de la talla de Luka Modric(Real Madrid) e Iván Rakitic (Barcelona), Dalic estableció un límite. Kalinic, poco afecto a ser suplente, ya se había enfrentado con Gennaro Gattusso. En marzo, el GPS certificó que dio menos vueltas en una práctica cuando se enteró que el técnico rossonero había decidido incluirlo en el banco ante Chievo Verona. “No podemos olvidarnos de que vestimos una camiseta histórica y que hay deberes”, sostuvo, entonces, el ex internacional con la Azzurra.

Protagonista de tres Eurocopas (2008, 2012 y 2016), Kalinic ayer mismo aterrizó en el aeropuerto de Split. Y Croacia se quedó con 22 hombres para el desafío mundialista. “La salida de Nikola no nos afecta. Lo primero es el equipo. Hay que dejar a un lado los egos cuando se habla de la selección. Hay que hacer lo mismo en el club, pero es una situación más específica y se ve con menos frecuencia. Para la unidad y el buen clima en el vestuario esto es lo más importante”, manifestó Milan Badelj. El mediocampista de la Fiorentina respaldó al técnico.

Cacic, el predecesor de Dalic, había dejado afuera de la Euro 2016 a Dejan Lovren porque no quiso disputar un amistoso ante Hungría en Budapest. Hoy forma parte del plantel mundialista. Como el caso de Kalinic, cabe recordar que Francia expulsó a Nicolas Anelka de Sudáfrica 2010 por insultar al técnico Raymond Domenech. Sulley Muntari le pegó a Moisés Armah Parker, miembro del Comité de Gestión de Ghana, y Kevin Prince Boateng tuvo una fuerte discusión con el técnico Kwesi Appiah. Ambos fueron separados del equipo en Brasil 2014.

Dalic mostró mano dura. Justo antes de jugar con Argentina. “El rival más fácil”, según su curiosa óptica. “No tenemos nada que perder”, explica. Y a Kalinic, mejor perderlo…

fuente. clarín

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