Por Fabián Seidán – Editor general del Diario CUARTO PODER

Se rasgan las vestiduras hablando de derechos y se olvidan del principal: el derecho a nacer.

Cristina Kirchner y todo el bloque del Frente para la Victoria dicen que votarán a favor de la legalización del aborto. Así lo confirmó el bloque de senadores luego de la media sanción de la ley en la Cámara de Diputados. La actual senadora y ex presidenta de la nación había tenido hasta ahora una postura antiabortista pero ahora y durante sus mandatos presidenciales nunca había planteado un debate por su legalización y hasta se había manifestado en contra. Pero como la política es el arte de negociar, tejer alianzas y cuidar cada cual su quintita, ahora se muestra con pañuelo verde y abortista de primera línea. Otro que se muestra a favor del aborto es el senador Miguel Pichetto, que también vio en la gran “ola verde” una oportunidad para arrimar “agua para su molino”, y quiere que el proyecto sea aprobado de manera exprés. No le importa si medio país está en contra del proyecto, si la Iglesia los condena o si los médicos se rehúsan a acatar; sólo lo que piensan esos miles de púber, organizaciones feministas, actores y rebeldes liberales, de la política, la cultura o el periodismo, que creen que es el momento justo para ir acabando con “la Argentina retrógrada, cristiana y patriarcal” (muerte al macho, abajo la iglesia) y para ello necesitan de una ley fuerte, como la del aborto, sin importarles las consecuencias y posteriores implicancias que ello pueda significar en un futuro no muy lejano para nuestro país.

El proyecto de interrupción voluntaria del embarazo aprobado en Diputados divide las opiniones casi en un 50 y 50 en el Senado. En el conteo de opiniones en las 72 bancas prevalece el rechazo por sólo 2 votos (28 en contra, 26 a favor y 18 indefinidos). Las senadoras de Cambiemos por Tucumán, Silvia Elías de Pérez, rechaza el proyecto, mientras que en el bloque del PJ, Beatriz Mirkin y José Alperovich, se llamaron a silencio pero no extrañaría que sigan los pasos de Pablo Yedlin, el tucumano que en Diputados voto a favor del aborto. ¡Qué ironía de la vida! justo los que pertenecen al partido de Perón y Evita son los que hoy luchan contra los más desamparados.

Lo cierto es que apoyar el aborto no deja de ser en hecho criminal, porque -a pesar de que se intenta imponer que un embrión no es vida-, la ciencia ha demostrado que hay vida humana desde la concepción misma y un ejemplo didáctico es que en cuando la NASA busca vida en otros planetas y descubre alguna partícula de agua petrificada ya habla de “signos de vida”, sin embargo, para políticos hipócritas, un embrión humano no es vida, por lo tanto se lo puede matar.

Pero la hipocresía no es patrimonio sólo de los políticos, para nada; también lo es de varios movimientos sociales que luchan por la conciencia a favor de un árbol, o contra el maltrato animal, o contra la pena de muerte de un delincuente, mientras pregonan por el aborto legal como si fuera la única solución de mujeres que quedaron embarazadas y no quieren tener el bebé.

Por ejemplo, los movimientos de izquierdas dicen: “El aborto es el tercer negocio más lucrativo del mundo y me opongo a que se lucren explotando vidas humanas”; “Defiendo la evidencia científica y la ciencia demuestra que la vida humana comienza en la concepción”; “Defiendo a los oprimidos frente a los opresores y el aborto mata a seres humanos inocentes e indefensos”; “Estoy en contra de la pena de muerte y el aborto es aplicar la pena de muerte a un ser humano indefenso”.

Los Animalista: “El aborto mata a un animal inocente e indefenso”; “Me opongo a toda forma de maltrato animal y descuartizar a un ser humano inocente es de los peores maltratos”; “La hipocresía de los veganos que apoyan el aborto pero no comen carne porque es carne de un animal asesinado”; “Ser vegano es como ser próvida”.

Movimientos Feministas: “El aborto daña a la mujer”; “El aborto está muy relacionado con la violencia machista: muchos hombres presionan a sus parejas para que aborten o las abandonan si no lo hacen”; “Si las mujeres se rinden al aborto para conservar su modo de vivir o su carrera, su status económico o social, están cediendo ante un sistema ideado y dirigido por hombres para la conveniencia masculina”.

Activista contra la pena de muerte: “El aborto es la pena de muerte aplicada a un ser humano inocente”. “Tanto la protección al no nacido, como las restricciones a la aprobación de la pena de muerte se encuentran en la Constitución”; “En Argentina no existe la pena capital, pero con el aborto lo habrá”.

Apolítico: “Defiendo la vida porque no soy quién para negarle un derecho fundamental a otro ser humano”; “Todos los que están a favor del aborto ya han nacido”.

Médicos: “La ciencia demuestra que la vida humana comienza en el momento de la concepción por lo que el aborto mata”; “Conozco el desarrollo embrionario por lo que se que el corazón empieza a latir a las 6 semanas de vida, a las 12 semanas ya hay un ser humano con todas las extremidades formadas…”; “He firmado el juramento hipocrático que establece que “Jamás le daré una droga letal a alguien que me lo solicite, ni sugeriré nada a tal efecto. Tampoco daré a una mujer una medicina abortiva. Que mi vida y mi arte se mantengan puras y sagradas”. “Mi trabajo consiste en salvar vidas, no en quitarlas”. “El aborto es dañino para la salud física y psíquica de la mujer”. “Tengo derecho constitucional a la objeción de conciencia”.

Andrés Ollero Tassara, catedrático de Filosofía y Derecho de la Universidad del Rey de España decía sobre el aborto. “Estamos discutiendo si respetar la vida del no nacido es meramente una exigencia moral, y allá cada cual con el concepto de moral que tenga, su concepto de lo bueno o de lo útil o de lo que sea; o si, por el contrario, aquí hay un derecho humano que hay que defender y que además para eso está la Corte Suprema de Justicia; para que, gobierne quien gobierne, haya que protegerlo siempre, para que no quede al destino de mayorías parlamentarias coyunturales. Los derechos humanos no pueden depender de que gane las elecciones fulanito o menganito, sino que tienen que estar protegidos siempre”.

Y agrega: “Hay vida humana desde la concepción; lo sabe cualquier biólogo. Observa esa célula y sabe distinguirla de la de un chimpancé. El asunto jurídico será si nosotros vamos a considerar que desde que hay un ser humano, lo vamos a respetar como tal o si hacemos aquí un club donde admitimos a quienes creamos oportuno y cuando nos parezca oportuno”.

Ollero Tassara indicó que en España, tras despenalizarse el aborto, el primer año hubo cien mil casos, aunque lo más llamativo fue que con el paso del tiempo creció el número de mujeres que abortaban hasta tres veces seguida. “Se trivializado de tal manera el aborto que se ha convertido en algo que se hace con absoluta naturalidad y sin que resulte escandaloso. Sucede que eso se ha convertido ya en algo que se hace con la misma normalidad que operarse de apendicitis. El último año ha crecido un diez por ciento, porque el ciudadano entiende que es normal abortar”.

No se trata entonces de aborto sí o aborto no; sino -sobre todo-, del respeto a la vida humana.

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