El análisis de una suba en el impuesto a los pasajes al exterior cobró fuerza a partir de mensajes ambivalentes de altos funcionarios, hasta que Mauricio Macri decidió frenar las especulaciones y Nicolás Dujovne esta vez quedó con la última palabra -por el momento, como él mismo aclaró- para asegurar que el Gobierno no avanzará en ese sentido. Las expresiones del ministro de Hacienda contrastaron con las de Marcos Peña -jefe de Gabinete-, que había considerado el aumento en la alícuota como una posibilidad “sobre la mesa” de discusión para bajar el rojo de la cuenta corriente. Más allá de los contrapuntos discursivos, la saga funcionó como otro emergente de la tensión entre la necesidad de reducir el déficit y la intención de no dar señales negativas a los mercados.
“La posibilidad de discutir los impuestos a los pasajes al exterior está sobre la mesa. Algunos sectores lo vienen planteando por el tema del déficit de cuenta corriente, pero es una de las cosas que se analizará en el contexto de una discusión más amplia de cómo llegar al equilibrio fiscal”, dijo Peña a radio La Red, y empujó un tema que ya venía en análisis hacia el interior del Gobierno por el rojo en crecimiento generado en parte por los viajes de argentinos al extranjero. En el primer trimestre el déficit de la cuenta corriente alcanzó uS$ 9.623 millones, un aumento interanual del 34%, según datos del INDEC. Entre enero y mayo los gastos de argentinos en otros países sumaron US$5.871 millones.
Las medidas para afrontar el problema recortaron posiciones diferentes en el Gabinete. “La Argentina no puede seguir financiando viajes al exterior que con el dólar a 20 pesos eran un regalo. Es un momento difícil y el que quiera irse afuera debería tener recursos en serio”, dijo a Clarín un ministro que se mostró ante otros funcionarios a favor de “frenar la sangría” de la llamada cuenta turismo (más de US$10.600 millones en 2017) con un aumento del impuesto a los pasajes, actualmente en 7%. Ya antes de Peña, Guillermo Dietrich -Transporte- había asegurado que el Gobierno estudia subir esa alícuota -trascendió que a 15%- e incluso aplicar una tasa a las compras con tarjeta de crédito en el exterior, luego desestimado por Peña. “Se trata de distintas alternativas que evalúa el Gobierno y que si se aprueban estarán dentro del Presupuesto del año que viene”, dijo Dietrich el lunes al presentar la eliminación del piso para la venta de los pasajes de cabotaje, aunque agregó que la prioridad “es la baja del gasto público y no la creación de nuevos impuestos”.
Peña también buscó bajar el tono a sus propias declaraciones. “Lo único que dije es que hay sectores que creen que ese impuesto debería ser más alto. Y eso es lo que dije que está en la mesa junto a muchas otras propuestas que se discutirán en el marco del debate presupuestario”, aclaró en su cuenta de Twitter, y diferenció la mirada del Gobierno: “No creemos que la solución a los problemas que tenemos sea subir impuestos”.
El sector del Gobierno que rechaza la iniciativa considera que funcionaría como una “mala señal a los mercados” en esta etapa turbulenta y que la devaluación producirá una reducción de los viajes al exterior y a su vez un freno a las exportaciones, con lo que de acuerdo a esa mirada el rojo se achicará sin necesidad de subir el impuesto. La decisión quedaría a su vez asociada a las restricciones cambiarias -sobre el consumo con tarjeta en el exterior era de 35%- durante el kirchnerismo, del mismo modo que algunas medidas para sostener el consumo y el análisis del freno a la baja de las retenciones: al exponer su posición, Macri se mostró en contra.
Dujovne ya lo había expresado en una teleconferencia con inversores extranjeros. Y lo ratificó en su paso por la Bicameral de control de la deuda en el Congreso, aunque intentó no confrontar con Peña. “No veo contradicción. Sabemos que hay distintos sectores sugiriendo aumentos en impuestos a pasajes al exterior, se consideran pero no tenemos bajo estudio en este momento modificar ningún impuesto ni aumentar ninguna alícuota”, dijo el ministro a los legisladores. En la Casa Rosada concluyeron la jornada con esa posición, para frenar las idas y venidas.
fuente. clarín