Camilo Suárez, miembro de la Asociación de hoteles, confiterías y bares de la Ciudad de Buenos Aires se refirió al proyecto que pretende hacer obligatoria la propina y contó las razones por las que los mozos están impedidos de recibirlas.
“Nuestra posición está a favor de considerar la propina como una liberalidad que da el cliente por un buen servicio recibido. Si es obligatoria, pasa a ser un costo más e iría contra el esfuerzo de hacer más competitiva la actividad”, indicó Suárez.
Consultado sobre si es correcto dejar como propina un 10% de lo consumido, Suárez afirmó: “No es una regla que se observe en todos los casos, vemos clientes disconformes que no dejan y están en su derecho de hacerlo. La potestad de dejar o no propina está en el cliente. El convenio prohíbe la propina, pero no puede ir contra la voluntad del cliente”.
fuente: Lanación