El 202° aniversario de la Declaración de la Independencia fue ocasión para que la Iglesia diera un fuerte mensaje en contra del proyecto que avala el aborto en nuestro país. El presidente Mauricio Macri no quiso estar presente en el Tedeum encabezado por el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez.
“Hoy nuestro pueblo heredero de valores que nos legaron nuestros próceres decimos que vale toda vida. Que todo hombre es importante. Que no hay sobrantes en Argentina. Que la dignidad de todo ser humano ha de ser respetada desde su concepción hasta la muerte natural”, dijo monseñor Carlos Sánchez en el Tedeum del 9 de julio pasado, en la Iglesia Catedral, ante la atenta mirada de la vicepresidente Gabriela Michetti y del gobernador tucumano Juan Manzur.
Era la primera y enfática expresión, de muchas que tuvo a lo largo de su mensaje y en ausencia del presidente Mauricio Macri, quien prefirió quedarse en el hotel y departir con algunos dirigentes de Cambiemos, entre ellos el polémico concejal Agustín Romano Norri, quien protagonizara diversos escándalos en los que la figura de la mujer siempre fue mancillada.
Realizando un paralelismo con la sagrada escritura en la que se aconseja construir la casa sobre roca sólida, el prelado sostuvo: “a nosotros argentinos del bicentenario nos toca edificar la Patria desde la roca sólida del respeto, la custodia y la promoción de la vida y no de la muerte. El aborto es muerte de un inocente, de un niño, de un argentino. Y nadie tiene derecho a eliminar voluntariamente la vida de un ser humano. Porque vale toda vida”.
Sánchez se preguntó: “cuántos argentinos se han pronunciado últimamente a favor de la vida, cuántas familias, cuántos jóvenes, cuantos ancianos. Por ejemplo, cuántos médicos y agentes sanitarios han expresado “no cuenten conmigo” para el aborto. En coherencia con lo que han jurado y por la vocación que han recibido y la misión que realizan en nuestra Patria. Porque vale toda vida”.
El arzobispo también instó: “edifiquemos nuestra Patria sobre la roca sólida de la Justicia y el respeto a los derechos de cada uno y no en la arena de leyes injustas que atropellan el derecho de los demás. Cuántos abogados han manifestado últimamente defender siempre el derecho fundamental de la vida. Porque vale toda vida”.
Escuchar a quienes no tiene voz
En otro párrafo de su mensaje, que fue seguido también por el cardenal Luis Villalba y el obispo de Concepción, monseñor José María Rossi, el arzobispo de Tucumán indicó que “hoy también es compleja la situación que nos toca vivir como Nación, pero necesitamos encontrarnos, escucharnos, dialogar y buscar juntos el bien común de todos los argentinos, no de unos cuantos y no de los que más gritan y están en la tele, también escuchando la voz de los que no tienen voz, de los inocentes en el seno materno, de los más vulnerables y marginales de nuestra Patria, de los que se sienten lejos de las oportunidades, de los que viven en la marginalidad y tirados en las esquinas, en los adictos y los que revuelven la basura para encontrar qué comer, etcétera”.
En ese sentido, Sánchez resaltó que “esta es la hora de la Patria, este es el momento de hacernos cargo de nuestra Nación. Herederos de su historia con logros y fracasos, nuestra generación construye esta familia y la historia de la Patria. En este pedazo de historia argentina que nos toca vivir, no podemos ser indiferentes. Tenemos el desafío de comprometernos todos. Tenemos que ser valientes, sacrificados y apasionados defensores de la vida y la dignidad de todos y cada uno. Porque vale toda vida. Vale la vida de cada argentino. Los que tenemos responsabilidades públicas con mucha mayor entrega y sacrificio, con entusiasmo patriótico y valentía, aunque se burlen y nos desacrediten”.
Un gran desafío
Por último, en el mensaje del Tedeum, que tuvo repercusión en medios provinciales y nacionales, el arzobispo tucumano señaló que “un gran desafío que se nos presenta es que Argentina cada día más tiene que ser una casa para todos, porque hay lugar para todos, hay riquezas para todos que tenemos que compartir. Porque somos una familia grande, un pueblo, una sociedad, una Nación libre y soberana, no puede haber excluidos, sobrantes, descartados, no deseados. Porque Vale toda Vida, seamos respetuosos de la Vida de cada Argentino desde el que se gesta en el seno materno y se desarrolla en todas sus etapas hasta la muerte natural”.