El avión ya estaba en la pista de despegue, avanzaba a gran velocidad cuando de repente se escuchó un ruido fuerte que vino desde atrás. Alguien gritó, otros se miraron, muchos se asustaron. Hasta ahora la información oficial por parte de la empresa Flybondi y por los pasajeros que estuvieron en ese vuelo -que luego fue cancelado- dicen que la cola de la aeronave chocó con la pista. Ahora se investigan los motivos.
Entre los pasajeros del avión estaban los integrantes de un club de handball que habían ido a participar de un torneo nacional que se jugaba en Misiones. Se disponían a volver desde el aeropuerto de Puerto Iguazú al de El Palomar en el vuelo FO 5111 cuando empezaron los inconvenientes: “Fue un desastre, muchos lo quieren minimizar, pero fue más grave de lo que dicen”, cuenta la madre de uno de los jóvenes.
Según le contó su hijo, la aeronave que debía partir a las 23.30 estaba carreteando cuando se escuchó un golpe muy fuerte desde el fondo. En ese momento una chica gritó y todos se asustaron: “El piloto les dijo que hubo una falla, pero no precisaron nada más de manera oficial. Aunque ellos después se enteraron que la cola había golpeado con la pista”.
La mujer dijo además que una joven tuvo un ataque de pánico y todavía no pudo volver por el miedo a subirse a otro avión: “Se quedó allá con uno de los profesores y están evaluando cómo hacerla regresar”.
Los jóvenes deportistas tienen entre 18 y 23 años y forman parte del Club Ferrocarril General Mitre, de San Martín. Uno de ellos cuenta que, luego del incidente, debieron esperar en el hall del aeropuerto hasta las 8 de la mañana y que recién entonces pudieron volver a Buenos Aires.
“Estábamos sin mantas ni comida, fue una espera larguísima”, se quejó la madre del chico, quien además no pudo comunicarse con su hijo ya que los enchufes del aeropuerto no funcionaban y no podían cargar los celulares. “Todo estuvo mal”, resume.
Desde la aerolínea confirmaron el golpe de la cola. Hablan de “impacto” y no de choque. También explican que no fue un accidente y que es el primer incidente para la firma que motiva la intervención de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC): “Con respecto a la comida, a todos los pasajeros les ofrecimos cena y desayuno”, aclararon.
Si bien de manera oficial no se puede especular el motivo por el cual ocurrió el impacto, sí dejaron en claro que el piloto hizo lo que debía hacer cuando suceden estos problemas: “Cumplió con los protocolos de seguridad establecidos, volvió al aeropuerto y no hubo riesgo para los pasajeros”, afirmaron.
Ahora la JIAAC investigará lo que pasó, aunque trascendieron dos hipótesis para explicarlo: una mala distribución de la carga de la bodega o bien que el piloto le haya imprimido demasiada potencia a los motores al momento del despegue, provocando lo que en la jerga se llama tailstrike.
Con respecto a la primera opción, desde Flybondi dicen que la carga de la bodega en Iguazú está tercerizada por la empresa Flyseg, que se encarga de coordinar ese proceso. “Estaremos atentos a lo que resulte de la investigación”, dicen desde la “low cost” que comenzó a funcionar en enero de este año en el país.