-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace rodeado de pétalos y tallos tirados por todas partes? ¿Acaso puso un puesto de flores acá en el bar?
-No, esto lo dejó en estas condiciones José Alperovich, que estaba sentado en la mesa de al lado y se retiró muy bajoneado.
-¿El ex Gobernador estuvo deshojando flores en la mesa de al lado?
-Sipi.
-¿Está enamorado José?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Estaba deshojando margaritas para ver si lo quieren o no como candidato a Gobernador en 2019.
-¿Quién quiere que vuelva?
-Justamente, cada vez son menos.
-¡Pobre José!
-Además tiene que deshojar más flores…
-¿Por qué?
-Porque tiene que definir si vota a favor o en contra del aborto.
-Yo escuché que votará a favor, como lo hizo Pablo Yedlin.
-Escuché lo mismo, pero eso sería profundizar la caída de la imagen ante un Tucumán en donde el electorado cristiano es importante.
-¿Sería como una “muerte política”?
-Más bien como un “aborto político”…
-¡Usted no sirve, Eduard… Por eso lo quiero.
-Menos abrazos que los muchachos miran…
-Usted sabe que lo quiero como a un padre.
-No se mande la parte que le llevo un par de años.
-Bueno, no se me lo enoje y cuente algo del espacio Cambiemos.
-Los muchachos no saben quién es el enemigo y se sacan los ojos entre ellos.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Qué se enteró?
-Que el otro día el hada buena lo paró en seco a Cano al decirle que ya perdió siete elecciones y quiere seguir conduciendo…
-¡Qué dura!
-Más dura que las patadas que daba Cano en los picaditos con el Presidente…
-Hablando de picaditos, ¿quiere que le invite una picadita y una cerveza?
-No, le agradezco. Ya pedí un locro pulsudo y un vinito tinto a su cuenta, mi estimado.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!
-No puedo ir contra mi naturaleza…