Será el miércoles 8 de agosto, a la 20, en la Catedral. Estará presidida por Mario Poli.
En el mismo momento en el que los senadores se encuentren debatiendo en el Congreso el proyecto de ley sobre el aborto, se realizará en la Catedral de Buenos Aires la “Misa por la Vida”, que la Conferencia Episcopal Argentina convocó este lunes para el miércoles 8 de agosto, a las 20.
La ceremonia religiosa será presidida por el Cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina y por Monseñor Oscar Ojea, Obispo de San Isidro y Presidente del Episcopado, además de otros obispos de distintas diócesis del país.
Por su parte, el Consejo Nacional de la Acción Católica Argentina (ACA) envió un mensaje a los dirigentes diocesanos, en el que remarcó que es “hora de testimoniar” y llamó a manifestarse “más que nunca” a favor de “la defensa de las dos vidas”, a pocos días de la votación en el Senado.
“La Iglesia -que somos todos y cada uno de nosotros- tiene el derecho a opinar, proponer y peticionar, el mismo derecho que tenemos cada uno de nosotros cuando, también siendo Iglesia, vamos a votar”, señaló.
De esta manera, la Iglesia tiene como objetivo prioritario mantener en su mensaje la defensa de la vida y el rechazo al aborto, como sucedió en la Misa por la Vida que hace tres semanas reunió a más de 40.000 personas frente a la Basílica de Luján. “Sería la primera vez que se dictara en la Argentina, y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano”, había advertido el obispo Ojea, en caso de prosperar el proyecto.
Según informó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), las comisiones episcopales de Laicos y Familia, Comunicación Social, Liturgia y Pastoral de la Salud enviaron la semana pasada un comunicado con el título “Renovemos la esperanza de #ValeTodaVida”, llamando a pastores y fieles “a ayunar y orar con fervor e insistencia, y a las parroquias, santuarios, capillas y templos a abrir sus puertas para celebrar la misa por la vida, rezar el rosario y compartir la adoración eucarística en comunidad”.
fuente. clarín