Entre quienes le dicen “no” a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, en los alrededores del Congreso, predominaban los jóvenes, en su mayoría evangélicos.
Con un gran despliegue de luces y sonidos, el lado celeste de la plaza arrancó su festival por las dos vidas. Participan los que rechazan la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Hay muchos jóvenes, en su mayoría evangélicos. También hay grupos de católicos y personas que no se acercaron por su pertenencia a una religión, pero que dicen que “luchan por la vida”.
Saltan, gritan, tocan tambores y cantan. “Borombombom, borombombom, sí a la vida, aborto no”, es una de las tantas canciones. Al mediodía comenzó el festival, con conducción desde arriba del escenario principal. “Estamos haciendo historia, la Argentina está de pie”, se escucha por los parlantes.
Contra la legalización del aborto en el Congreso Foto David Fernandez
Los carteles demuestran la presencia de personas de diferentes puntos del país. De hecho, según lo confirmado a Clarín por el pastor Pablo Repetto, uno de los organizadores del festival, están llegando a la plaza unos 500 o 600 micros que provienen de diferentes provincias. “Salta dice no al aborto”, informa uno de los carteles, colgado de la valla que separa a la manifestación del Congreso. “No saquen al sol de nuestra bandera. Rosario por los no nacidos”, señala otro mensaje. Mientras que una bandera argentina lleva escrito un gran “Tucumán” en el medio.
María tiene 46 años y es traductora pública. Se niega a dar su apellido por miedo, porque asegura que fue violentada. “Son muy pesadas las verdes. Una vez me han pegado, otra me agarraron de los pelos”, comenta. A pesar de todo, no dudó en venir hasta el Congreso. Dejó a sus hijos en el colegio y se fue sola, con un cartel doble, que dice de un lado “Matar no es un derecho” y del otro, “Adopción es la opción”.
Manifestantes que se oponen a la legalización del aborto en el Congreso Foto David Fernandez
A diferencia de la mayoría de los manifestantes, María no pertenece a ninguna religión. “Somos ciudadanos argentinos que votamos a un presidente que dice defender la vida. Sin embargo, dice que no vetará una de las leyes más sanguinarias del mundo. Estamos acá por la voz de los niños no nacidos”. Ella es optimista respecto a los resultados de la votación en el Senado. “Claramente ya se definieron con el rechazo total a esta ley”, señala.
Manifestantes que se oponen a la legalización del aborto en el Congreso Foto David Fernandez
Tamara Gavalos, de 24 años, pasó toda la noche en la puerta del Congreso, junto a una amiga. “No dormimos, estuvimos paradas. Ayer nos sentamos un rato”, comenta. No trajo carpa ni bolsa de dormir, apenas una frazada. Y está de pie, firme, esperando que llegue el resto de sus compañeros de iglesia.
“No me parece bien esta ley. Es como que hacés de tu vida lo que quieras y después abortás”, opina. “Yo soy cristiana y no tuve relaciones hasta el matrimonio. Creo que esa es la única manera de prevenir enfermedades y embarazos no deseados. Porque de nada sirve andar por la vida con cualquiera y que nazca un bebé como si nada”, sigue esta joven.
Con su pañuelo celeste y una escarapela argentina llegó José Antonio Abásolo. Es un médico neuropsiquiatra, tiene 66 años y está jubilado. Asegura que vio muchas consecuencias de los abortos. “Vi las depresiones posparto, los dolores morales, los sentimientos de culpa. Los trastornos corporales que se sienten. Y muchas veces las consecuencias físicas, incluso la infertilidad posterior. También los síndromes depresivos”, enumera.
Manifestantes que se oponen a la legalización del aborto en el Congreso Foto David Fernandez
En el 2007 empezó a difundir el tema del aborto. Imprimió un texto y se lo dio a todos los jueces. “Es una posición frente a la vida. Como médico lo justifico diciendo que el embrión es un ser humano por nacer, único e irrepetible. Para pensar distinto, siempre hay que nacer. Entonces démosle una oportunidad”, señala.
Contra la legalización del aborto en el Congreso Foto David Fernandez
Leonel González salió de su casa en Moreno a las cinco de la mañana. Tiene 18 años y vino solo, a la que es su primera manifestación. Se piensa quedar firme frente al Congreso hasta que se defina la ley, posiblemente en la madrugada, aunque teme que no haya colectivos para su regreso.
“Estoy a favor de la vida. Soy cristiano y desde muy chico supe que está mal. No es tampoco una ley, porque matar no es ninguna ley. Estoy a favor de las dos vidas. No estoy en contra de las mujeres que estén a favor del aborto, sino que estoy en contra de esta ley. Tendría que haber una nueva ley sobre la adopción. Sería mucho mejor”, propone.