El Fondo Monetario Internacional no descartó la posibilidad de un incremento en el crédito otorgado a la Argentina, por 50.000 millones de dólares, pero tampoco confirmó que ese tema esté en la mesa de negociaciones reabierta con el equipo económico de Nicolás Dujovne.
El ministro de Economía había dejado esa posibilidad abierta un día antes, poco antes de partir de regreso a Buenos Aires, al eludir una definición al respecto y señalar que está trabajando con los técnicos del FMI “en cómo asegurarnos de que el programa sea suficiente para dar previsibilidad respecto de nuestro plan financiero”.
La posibilidad de un incremento en el monto total del programa, vía un aumento en los desembolsos periódicos y una aceleración del cronograma se instaló en las últimas horas, junto con la posibilidad de que la Argentina busque además financiamiento adicional del Tesoro norteamericano o de otros países.
El vocero principal del Fondo, Gerry Rice, no negó negociaciones en esa dirección. “El detalle de las medidas y los aspectos financieros son asuntos que se están discutiendo activamente en este momento”, señaló el funcionario del Fondo en conferencia de prensa. “El diálogo es muy activo en este preciso momento”, agregó.
Dijo además, ante una pregunta sobre la sustentabilidad de la deuda argentina, que eso “es algo que se está abordando en el proceso de discusiones, con el potencial de otras formas de financiamiento”, en alusión a una revisión del calendario de los desembolsos ya acordados.
“Vamos a dar tanto apoyo como podamos”, dijo en otro tramo el vocero principal del Fondo, “para refozar el programa” con la Argentina.
E insistió en que la intención del FMI es concluir “rápidamente” las negociaciones, en línea con lo que también Christine Lagarde, directora gerente del FMI, expresó más de una vez en los últimos días.
En cuanto a la viabilidad política del programa que se está renegociando y las dudas que surjen en torno a la aprobación de un presupuesto para 2019 que incluya el ajuste comprometido, Rice se mostró confiado en la capacidad del gobierno de Mauricio Macri de reunir los apoyos necesarios. “Las autoridades argentinas están haciendo todo lo posible para construir el apoyo al programa”, dijo.
Tanto Lagarge como Dujovne celebraron en las últimas 48 horas los “avances” en la negociación. El ministro fue un poco más lejos al hablar de una “rápida conclusión” de las conversaciones y estimó que el directorio del FMI podría darle su aprobación “hacia fin de mes”, cuando tiene previsto reunirse.
Antes de eso deberá haber una aprobación técnica del acuerdo en su nueva formulación. Tras la partida ayer de Dujovne, sus colaboradores Guido Sandleris, Rodrigo Pena y Santiago Bausili se quedaron en Washington y son los encargados de afinar el lápiz junto con los representantes del Banco Central argentino y los economistas del Fondo.
Dujovne evitó precisar el monto final del nuevo acuerdo, que en su versión original era por USD 50.000 millones en tres años y con desembolsos periódicos en función del cumplimiento de ciertas metas fiscales, inflacionarias y cambiarias.
Pero el escenario que trazaban esos números voló por los aires al acelerarse la devaluación del peso y los negociadores debieron volver a sentarse para revisar las metas y los plazos de los desembolsos. Ahora, el objetivo del Gobierno es que se anticipen a 2019 tramos de 2020 y 2021. Y según algunos rumores también habría una revisión del monto del crédito.
La renegociación del acuerdo era la última bala del equipo económico en su batalla contra la desconfianza de los mercados. Los avances en el diálogo, el respaldo de la Casa Blanca y el plan de ajuste para apurar el equilibrio fiscal lograron finalmente aquietar la cotización del dólar en los últimos días. Todos los intentos anteriores habían fracasado.