“No buscamos que haya unanimidad, ni firmar nada. Pero queremos cerrar un acuerdo general y seguir conversando”. En el Gobierno advierten la presión de los gobernadores y, si bien mantienen el optimismo, bajan la expectativa y se conforman con que este martes, al cabo de los dos encuentros -el último, a las 17, lo encabezará el propio Presidente- el grupo de mandatarios que acepte posar en la foto y muestre su intención de apoyar el Presupuesto 2019 sea lo más grueso posible. Para eso, admiten, están dispuestos a “que se pongan todos los temas sobre la mesa de negociaciones”, incluida la conveniencia de dejar sin efecto el traspaso de la tarifa social a las eléctricas y la suspensión de la rebaja de Ingresos Brutos.
Salvo el socialista santafesino Miguel Lifschitz, quien se anticipó y dijo que no va a ser “socio del ajuste”; y el peronista K Alberto Rodríguez Saá, otro que pidió rechazar el Presupuesto, porque “es impuesto por el FMI”, y casi en simultáneo planteó armar “un frente patriótico” para derrotar a Macri en la próxima elección presidencial.
Por lo pronto, el recorte general para las provincias sigue siendo lo que se venía barajando: alrededor de $ 50 mil millones por el traspaso del subsidio al transporte, y unos $ 30 mil millones del Fondo Sojero, por el que se estudia compensar a los municipios con créditos blandos, vía el Fondo de Garantía de Sustentabilidad o el FoFFIR, para garantizar las obras en ejecución.
fuente. clarín