Por Pablo Batalla* – Para Diario Cuarto Poder. La última reunión del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), dejó al descubierto una serie de posturas en relación a la participación de una interna dentro de Cambiemos para definir la fórmula presidencial o la presentación de una lista propia de la UCR.
La doble cara de Cano
Pero también dejó bien sentada la doble cara del diputado nacional José Cano y secretario del Partido, quien apuesta a una interna en el espacio de Cambiemos nacional, pero que en la provincia hizo todo lo posible para que cayera el proceso interno y no se discutiera la renovación de autoridades.
¿Hay dos José Cano? Al parecer, sí. Uno es el que a nivel nacional plantea, junto a otros referentes alineados con el PRO, que no se debe romper ese espacio con la presentación de una fórmula propia, como lo que propone Ricardo Alfonsín y muchos dirigentes radicales.
A todos ellos los domina el desencanto por el triste papel que cumple el centenario partido en la coalición, en donde participa como mudo testigo de las decisiones que toma el macrismo y que perjudican a millones de argentinos.
El “carguismo” radical
Cano, al igual que los dirigentes del “carguismo” que domina al oficialismo radical, no se quieren pelear con el presidente Mauricio Macri ni con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en especial Cano.
El diputado nacional está movilizado por varias necesidades, entre las que se destaca la de regresar al círculo de confianza en el que supo estar y que perdió por su escandalosa y desprolija salida del Plan Belgrano, a causa de los negociados en Corea.
Ese Cano que trata de reinsertarse a nivel nacional como un dirigente de fuste, es el mismo que se ubica en una segunda fila en la mencionada reunión de Comité Nacional entre el público -al lado de la senadora Silvia Elías de Pérez– luego de haber permanecido parado detrás de los protagonistas de la mesa principal, sin que nadie atinara a hacerle lugar.
El empuje de otros radicales
A ese Cano y a los otros referentes nacionales no los mueven las propias inquietudes y convicciones, sino el empuje que tienen aquellos radicales que decidieron la creación de un espacio en el que, con la participación de fuerzas afines en materia de ideas, creen una alternativa para los argentinos.
Ese sector piensa en los que sufren las consecuencias de una política basada en el mercado y deshumanizada, con un crecimiento exponencial de la pobreza, el desempleo y la inflación, entre otros males de la actual crisis económica.
“El Radicalismo tiene hombres y mujeres que son referentes nacionales que pueden integrar una fórmula”, sostuvo Cano en declaraciones a Radio Continental, en donde se observa su postura de definir la cuestión en una interna dentro de Cambiemos o en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
En Tucumán, no
No es la misma vocación democrática la que asume en relación al territorio provincial. Cano, quien maneja el oficialismo radical, hizo todo lo posible para que no se concretara el proceso interno en la UCR tucumana.
Allí debe enfrentar al sector liderado por los legisladores Ariel García, Raúl Albarracín y Fernando Valdez, con la participación del intendente de Bella Vista, Sebastian Salazar y de concejales de distintos municipios de la provincia.
Es el espacio que participó y participa de la conformación del espacio nacional por una Democracia Social. El multitudinario acto realizado en el Club Central Córdoba, y el encuentro de dirigentes nacionales en donde se suscribió el documento fundante de ese espacio, tuvo a Ricardo Alfonsín, Juan Manuel Casella, María Losada, Gustavo Grinspun, entre otros, como referentes nacionales.
La cara antidemocrática
Esta cara antidemocrática de Cano se sustenta en el miedo a perder la conducción radical. Sus ansias pasan por ser nuevamente el candidato a Gobernador. Sin embargo, no todos respetan su liderazgo. Si pierde el partido, esa conducción que está endeble, tambaleará y caerá. Muchos afirman, por lo bajo, que ya perdió demasiadas elecciones.
Es por ello que es entendible que, mientras a nivel nacional es internista, en la provincia busque perpetuar la conducción en sí mismo, o en dirigentes que le son funcionales a sus caprichos.
La verdad, en definitiva, estará en los tucumanos que vieron como una alternativa y un cambio a lo que en realidad se transformó en un globo desinflado de la “revolución de la alegría”.
*Licenciado en Comunicación Social