Un periodista de La Nación relató cómo Carlos Tevez provocaba a los hinchas de River haciendo la “gallinita”. Carlos Reymundo Roberts pudo apreciar al delantero y referente de Boca burlándose de los simpatizantes del “Millonario” desde arriba del micro que fue atacado.
La Superfinal de la Copa Libertadores entre River y Boca nuevamente fue noticia por un bochornoso suceso. Un grupo de simpatizantes del elenco millonario atacaron con piedras y objetos contundentes al micro que trasladaba al plantel xeneize. ¿El saldo? Varios futbolistas con vómitos, dificultades respiratorias, cortes y problemas oculares.
Gente grande!!!
Sin embargo, según el prestigioso periodista del matutino porteño La Nación Carlos Reymundo Roberts, en su columna dominical titulada “Una tarde de horror, una locura infernal” , existe un lado B de esta historia, de este ataque al ómnibus que trasladaba a los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto rumbo al Antonio Vespucio Liberti. Roberts comenta:
“Por Dios, qué locura. Todavía me estallan los ojos por lo que vi y el cuerpo por lo que padecí en medio de apretujones, corridas, tumultos, caídas. Y una y otra vez me vuelve la imagen de Tevez haciendo la gallinita con sus brazos desde arriba del ómnibus que llevaba al plantel de Boca al Monumental. Veterano de mil batallas, jugador de dos mundiales, campeón en cuatro países, ese Tevez reducido en su burla a ave de corral parecía el perfecto colofón a una tarde de horror”.
Corridas, empujones y la caída de alguna gente
Ante el arribo del vehículo de Boca, la Policía reaccionó despejando la calle de manera abrupta con sus escudos, lo que provocó corridas, empujones y la caída de algunas personas. Una de ellas fue Roberts, quien al levantarse aseguró observar como Carlos Tevez reeditó su famosa “gallinita” ante la gente de River. “Se lo veía disfrutar el momento, porque una sonrisa le atravesaba la cara”, sostuvo el periodista, que además afirma:
“Todo ocurrió en segundos. Las sirenas. Las motos que iban abriendo paso a lo que diera lugar. Corridas. Cordones de policías con escudos que de pronto se nos vinieron encima y nos empujaron para dejarle la calle libre al bólido. Gritos. Personas que caían encima de otras personas. Insultos. Yo también me vi de bruces en el piso, y cuando me levanté, justo en el momento en que a tres o cuatro metros pasaba el ómnibus, vi la mímica gallinácea de Tevez. Se había puesto de costado y, mirando a los hinchas, agitaba los codos como alas. Se lo veía disfrutar el momento, porque una sonrisa le atravesaba la cara”.
fuente infobae