El Servicio de Neurocirugía del Hospital Padilla practicó una cirugía innovadora a un joven al que se le extirpó un tumor implantado cerca del área cerebral motora. Para ello, se desarrolló una resonancia magnética in situ. Esta operación fue supervisada por el jefe del servicio de Neurocirugía del hospital, Álvaro Campero, que destacó que la cirugía se pudo desarrollar en una sola intervención.
El paciente, Marcelo Díaz (26 años) fue internado el 24 de mayo pasado a raíz de un desmayo súbito, tras lo cual fue sometido a diversos estudios que dieron con la patología que sufría. El paciente agradeció el esfuerzo del cuerpo médico y declaró: “No hay que tener miedo, hay que ser fuerte, de esto también se sale y se vive gracias a Dios”.
La cirugía
Sobre el caso, Campero detalló que durante la cirugía resecaron la parte del tumor que consideraron necesario extirpar, siempre monitorizados por un neurólogo- en esta oportunidad por el especialista Oscar Iguzquiza– y explicó que al encontrarse el tumor tan cercano a la zona motora del paciente los cuidados debieron extremarse.
“Es por eso que cuando terminamos de resecar el área que tomamos como objetivo, cerramos, hicimos una resonancia magnética en el momento y observamos que todavía quedaba una porción del tumor. Regresamos a quirófano y pudimos extraer la parte que faltaba en una sola intervención”, afirmó el referente.
Sin demoras
La ventaja con esta incorporación es la posibilidad de realizar una resección macroscópicamente completa y eso desde el punto de vista oncológico redunda en beneficios para la recuperación del paciente. Se evitan además demoras en los procesos que por lo general incluyen resonancias magnéticas recién en el periodo posoperatorio, donde se pueden detectar restos de tumor y hasta requerir de posteriores intervenciones.
La logística total para esta cirugía requirió de alrededor de dos meses de trabajo y coordinación entre los equipos profesionales involucrados: los servicios de Neurocirugía, Anestesia, técnicos de Diagnóstico por Imágenes (que supervisaron que las condiciones necesarias estuvieran dadas para realizar el estudio) instrumentadores, enfermeros, entre otras especialidades.
Trabajo en equipo
“Alrededor de 20 personas trabajamos juntas y coordinadamente. Somos además una de las pocas instituciones a nivel nacional que cuentan con un resonador de alta complejidad, por eso estamos contentos y orgullosos no solo por nuestro hospital Padilla sino por el nivel de la medicina pública de nuestra provincia”, concluyó Campero.
Por su parte, el médico anestesiólogo y especialista en neurocirugías de alta complejidad, Henrique Malaguéz Webber, comentó que el plan anestésico para estas intervenciones es complejo y debe evaluar varios puntos, entre los que se destaca la necesidad de no interferir con el control neurofisiológico intraoperatorio, mantener al paciente lo mejor posible para el traslado hacia el resonador y que no se generen complicaciones en su recuperación.
Bajo la premisa de un trabajo en equipo como clave del éxito los especialistas destacaron y agradecieron la amable predisposición del neurocirujano, Martin Paiz; jefe de residentes de Neurocirugía, Juan José Agüero; residentes, Rocío Reyes Cano y Benjamín Romero Leguina; personal a cargo del resonador, técnico Jorge Montivero; anestesista, Franco Fornaciari; personal de instrumentación Cecilia Lencina y Camila Reynaldi; personal de enfermería de Sala 12 y de Terapia Intensiva.
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