La Santa Sede justificó la presencia del encargado de negocios ad interim de la Nunciatura Apostólica de Caracas en la jura del chavista. No convencieron a nadie.
En las últimas semanas aumentaron las críticas de la comunidad internacional por la postura de la Santa Sede ante la alarmante situación que están atravesando los venezolanos. De hecho, en dos recientes referencias, el papa Francisco omitió las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen de Nicolás Maduro, e incluso envió un representante a la asunción del chavista, calificada como “usurpación del poder” por la mayoría de los países americanos, la OEA y la UE.
Iglesia y Venezuela
La decisión, además, provocó una fuerte división entre la Iglesia venezolana y el Vaticano. Mientras que la primera se mostró crítica y consideró “ilegítima” la jura de Maduro, la Santa Sede insiste en su política de no romper relaciones.
Hoy, el Vaticano justificó la presencia de su enviado debido a que “la Santa Sede tiene como finalidad promover el bien común, tutelar la paz y garantizar el respeto de la dignidad humana”. El portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, explicó en una nota que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con el Estado venezolano: “Su actividad diplomática tiene como finalidad promover el bien común, tutelar la paz y garantizar el respeto de la dignidad humana”.
Por esto, agrega el comunicado, “la Santa Sede ha decidido estar representada en la ceremonia de inauguración de la Presidencia, por el encargado de negocios ad interim de la Nunciatura Apostólica de Caracas (George Koovakod)”.
Trabajan por la paz
Añade además que el Vaticano y los obispos del país “continúan trabajando juntos para ayudar al pueblo venezolano, que sufre las implicaciones humanitarias y sociales de la grave situación en la que se encuentra la Nación”.
Maduro tomó el pasado jueves posesión para un segundo período como presidente de Venezuela en medio de críticas internacionales, lideradas por Estados Unidos y varios países latinoamericanos, sobre la legitimidad de su nuevo mandato. A su juramento del cargo únicamente acudieron cuatro presidentes de los 19 países latinoamericanos: el de Bolivia, Evo Morales; el de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y el de Nicaragua, Daniel Ortega.
fuente. infobae